PHILIP ROTH: ELEGÍA

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El protagonista se muere al final, final de su vida. ¡Uy! No quería destriparos la novela, pero es que se titula Elegía. Me la ha prestado un amigo muy querido que no suele fallar en sus consejos pero esta vez  con el feminismo hemos topado. Yo la habría titulado Oda a lo que queda de mi masculinidad, como si hacerse viejo pudiera reducirse a algo tan pequeño como no poder hacer esto o aquello. A ver, no me he metido en el personaje, eso está claro. Aparecen también mujeres en la misma situación pseudo-privilegiada, que no lo pueden soportar, pero no me parece suficiente para que me guste lo que he leído. El protagonista es un publicista de éxito (aunque para Estados Unidos, relativo), hijo de un joyero judío. De ese tipo de hombre con varios matrimonios, que ha tenido repetidas relaciones  con mujeres más jóvenes inconmensurablemente vacías a espaldas de sus esposas y ha perdido ese sostén de la vejez (el de te cuido aunque seas decrépito) porque ellas se han divorciado, of course. Pero se ha ido a vivir con los vejetes con posibles y da clases de pintura. Y eso que su hija le quiere y él no entiende por qué, pero se siente solo. ¿Qué tremendo no? Que alguien con dinero se ponga enfermo en la vejez después de haber disfrutado de la vida. A mí me habría dado más penita uno de tantos estadounidenses (ya no voy a decir españoles) que no han podido VIVIR por múltiples y diversos motivos y envejecen y mueren igual pero sin dinero, que digan lo que digan, facilita mucho las cosas. Lo del feminismo lo decía porque los mujeriegos me dan urticaria.

De todas formas, no me ha gustado esta novela porque me parece que la ha escrito porque está acostumbrado a escribir, porque le sale fácil o porque le debía otra a la editorial, no sé. Es una novela que parece haber nacido cansada y porque imagino que habrá un tinte autobiográfico en alguna parte. No es una mala novela…sólo he sentido un desapego brutal debido al egoísmo que mana del personaje lo que no  implica que vosotros os podáis sentir identificados. Podríamos titularla también Oda al carpe diem. ¡Hala! a darle a la vida ¿eh? Igual os gusta más esta otra versión de beber la vida que se acaba, que ya tenemos una edad y es bueno ser sinceros, porque acabarse, se acaba.  ¿Sois viejos? ¿Sois egoístas? ¿Ponéis los cuernos a vuestras parejas? ¿Tenéis posibles? ¿Fornicáis con modelos y os casáis con ellas? Leed, leed.