EDOGAWA RAMPO: RELATOS JAPONESES DE MISTERIO E IMAGINACIÓN

rampo

Probad a decir muy rápido y varias veces con acento japonés cerrado «edogawarampoedogawarampo» y en realidad os saldrá Edgar Allan Poe con acento japonés cerrado. (Como lo de monjamonjamonja). Digamos que, a pesar  de ser una fanática de la fonética, no se me habría ocurrido utilizarla para encontrar mi nombre artístico, como sí ha hecho nuestro autor de hoy, lo que evidencia el culto que sentía por Poe. Su nombre real era Hirai Taro (1894-1965) y se le considera el padre de la narrativa japonesa de misterio. Tuvo trabajos dispares como contable, administrativo, comerciante y vendedor ambulante de fideos. También fue Presidente del Club de escritores de misterio de Japón.

Es cierto que Rampo está muy influido por autores como Conan Doyle o Dostoievski pero sus cuentos, unos más y otros menos, tienen un punto retorcido y asfixiante. Un humor que provoca un escalofrío en el lector, un punto sádico que mezclado con una prosa que parece de lo más inocente, en algunos aspectos algo anticuada, resulta efectiva. Son relatos donde se une lo onírico, lo fantástico y lo cotidiano. Uno se va adentrando en el mundo que el autor ha preparado para nosotros y, al menos yo, he sentido más miedo y más admiración con cada nuevo cuento que iba descubriendo.

Sin duda, las ilustraciones de Leticia Vera, también fotógrafa y poeta, son muy personales y crean un desasosiego perfecto en el lector. No os voy a negar que compré el libro por esos dibujos. Pero al leer los cuentos me di cuenta de que no se recrean en la maldad, sino que es obvio que ésta nos rodea y se esconde en misteriosas formas, descubrir esa visión en un escritor japonés ha sido increíble. Además, admiro a Poe, probablemente, uno de los escritores que más leí de adolescente y cómo olvidar las películas con Lugosi, Karloff, Basil Rathbone, Vincent Price, Peter Lorr, el gran Roger Corman…

Si eres un admirador de Poe este es el libro que le pedirás a Papá Noel.

edogawa