Pronto estaré de vacaciones, pero no quería irme sin agradecer de todo ❤ que leáis y comentéis mis entradas, muy en especial a los que estáis al otro lado del charco. Sé que me seguís en México, Argentina, Chile…así que me despido (por ahora) con una novela exquisita del grandísimo autor cubano José Martí (1853-1895): Lucía Jerez. Va por ustedes y por todo lo que nos une 🙂
El escritor Luis Antonio de Villena comenta en el libro Estetas y decadentes lo difícil que resultaría encontrar en todo lo que denominamos Fin de Siglo, Modernismo o Simbolismo algo que no sea, de una u otra manera, esteticista. En este sentido, Lucía Jerez, también denominada Amistad funesta, es modernista y su modernismo reside no sólo en la psicología y la conducta de sus personajes sino, en especial, en las ideas y estilo. Podríamos decir que se trata de la primera novela modernista hispanoamericana que se ocupó en concreto del intelectual. Las pinceladas de gran significación simbólica con las que el narrador expresa las características de esa sociedad y la reacción del héroe ante ella es lo que más la aleja del naturalismo y el realismo. El arte, en especial la poesía, servirá como motor que impulsará una nueva ética tras la difuminación de los valores absolutos que habían sido desarrollados desde siempre como la Verdad, la Bondad o la Belleza. Los nuevos tiempos reclaman la atención hacia satisfacciones pequeñas, sensibles y asequibles. El artista, ante esta crisis de valores, utilizará la literatura como vía para acceder a esos ideales absolutos y lo hará a través del goce de los objetos materiales y los placeres sensuales, esto es, a través del esteticismo.
La misión del intelectual y del artista en esa sociedad en vías de desarrollo es tan sólo el último de los tres niveles argumentales que encontramos en esta compleja novela junto con la indagación de la realidad hispanoamericana y la trágica relación amorosa triangular formada por Juan, Lucía y Sol del Valle.
Sin duda, lo que más llama la atención no es el tema del infortunado amor, sino la incorporación de la literatura como fundamento temático de la novela. Precisamente, la mujer será protagonista del cambio de actitud producido en la forma de entender la literatura y la enfermedad. El concepto de salud en esta época es sustituido por el de normalidad de tal manera que se convierten en anormales (enfermos y desviados) los que no se adaptan a la norma. Y es en este momento cuando se analizan dolencias psíquicas desconocidas hasta entonces mediante las nuevas ciencias que aparecen a lo largo del siglo. La patología, pues, aparece en Lucía Jerez, desde la imagen que le corresponde al intelectual y al artista concretada en los personajes de Juan Jerez y Ana, la pintora tuberculosa. Por otro, aparece el prototipo de mujer fatal encarnada en Lucía Jerez y su conducta celotípica. Un rasgo increíble de esta obra es el simbolismo floral con que el autor nos muestra la psicología de los personajes. Espero que la disfrutéis.
pd. Pronto volveré con más obras y más críticas. Os espero a tod@s a mi vuelta. Un abrazo ❤
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