matutePequeño teatro (1954) es una de esas novelas que han rondado por mi casa y que nunca había abierto por falta de interés. Matute (1925-2014) es una de las grandes escritoras españolas, fue miembro de la Real Academia Española, recibió numerosos premios como el Premio Nacional de las Letras Españolas al conjunto de su labor literaria y el Premio Cervantes en 2010. Su obra se ha traducido a 23 idiomas y yo sin haber leído una sola línea suya. Por eso terminé abriendo el libro que tenía a mano y que está ambientado en el País Vasco.

La historia me ha parecido rebuscada, con unos personajes poco creíbles o poco caracterizados. Digamos que la metáfora del teatro del mundo de Calderón se rebaja al teatro de títeres que mueve un anciano en el que los personajes resultan simbólicos. Las miserias y las mezquindades de un pequeño pueblo, el amor, la desgracia, la ignorancia…todo está presente para una narración que podía haber dado mucho más de sí. Su estilo poético engancha en un principio pero termina resultando pesado, en especial, si lo sumamos a un final manido y previsible.

Pequeño teatro fue galardonada con el Premio Planeta 1954, con toda probabilidad, uno de los motivos por los que no me había acercado a sus páginas. Pero un escritor no es sólo una de sus obras, sobre todo si es de las primeras. Para ser justa debería leer más sobre ella y dar una opinión con mayor fundamento. Pero no lo soy. La cuestión es que la vida es breve y, de la misma manera que no nos gusta pasar tiempo con personas que no nos conmueven, prefiero inmiscuirme en otros autores más afines a mi personalidad. Ésta es la crítica de una novela, no de un autor. Soy consciente de que todos nos merecemos una segunda oportunidad pero Matute no la tendrá conmigo.

Hablad, por Dios, hablad. bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

19 comentarios en “ANA MARÍA MATUTE: PEQUEÑO TEATRO

  1. Sí, quizá la inflexibilidad que manejas con este libro sea válida para éste y para algún otro; pero no para la obra en sí. Todo en la vida es relativo, y todo implica un riesgo, y si por azar leyeras otra obra de Matute que sí te convenza, tu punto de vista de hoy se matizaría. Pero claro, esto yo lo haría en otras circunstancias, por ejemplo, si un editor me encargara una valoración global, para un prólogo o introducción.

  2. Hola Berta, como bien dices, un escritor no es solamente una obra…sobre todo cuando no nos ha gustado…leí Pequeño teatro hace muchísimos años y ya no me acuerdo…probablemente tienes razón, dale otra oportunidad a la señora Matute aunque mejor en un par de años, quizás tu opinión difiera. Su última novela, «Demonios familiares» incluso inacabada me ha gustado, al igual que otros libros suyos…Tuve la oportunidad de conocer a la autora más o menos un año antes de su muerte y era envidiable su vitalidad (contrastaba con su fragilidad física iba en silla de ruedas), los ojos se le salían ilusionada hablando de la escritura de su última novela…de las ganas de terminarla…del título…ojalá tuviera yo esa pasión-ilusión por la vida. Un saludo y gracias por compartir.

  3. Se me hicieron eternas estas semanas sin leerte. Sí, las modas son las responsables de esas subidas de algunos que no son más que eso, escritores de moda. Pero hasta las eminencias le entran al juego de escribir por estar allí (independientemente de las ganancias). Es triste, y en mi país no me atrevo a decir que lo último de Carlos Fuentes no me gusta….Creo que, sin que sea una regla, pero si un escritor no sufre intensamente con sus personajes y sus temas, con su búsqueda linguïstica, con sus juegos de efectos, sacados desde el fondo mismo de su alma para expresar sólo lo que sí le conmueve, pues aunque obtenga muchos premios. Hace poco, acá le concedieron un premio de narrativa a una mujer (que conozco y hasta somos amigos)…..por un libro de ensayos y opiniones. Oh tempora, o mores…

  4. Oxígeno, vida y movimiento para mis anhelantes neuronas literarias. Extrañaba tus nuevos comentarios, Berta.
    Ana María Matute fue muy comentada en mi facultad hará unos 10 años, y luego nada. No sé por qué. Pero no me extraña que haya sido traducida a muchas lenguas. ¿Será un caso como el de Vila Matas, cuyo libro sobre los suicidio ejemplares ya leí, y no me gustó. Pues el tema, que es un gran tema, le sirve de simple pretexto para demostrar que sabe muchas técnicas metaliterarias para llenar todo un volumen. Y muestra un lenguaje muy refinado, pero no conmueve, y algunas de las historias inclusive aburren. Gracias mil por estar de nuevo en tu sitial, que e nuestra capillita, jaja.

  5. Berta, corazón de lector, ¿no has leído «Olvidado Rey Gudú? Es una historia maravillosa, una obra maestra del género de la fantasía épica que tanto me gusta y tan poco cultivan los autores de habla hispana. Te lo recomiendo encarecidamente: dale a Doña Ana María una segunda oportunidad. Este libro bien lo vale, créeme. 🙂

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