Hoy os dejo mi primer artículo para la Revista Scribere nº 9 (pp.13-16). Quería agradecer la confianza a Víctor J. Sanz y ya os adelanto que dentro de poco habrá más noticias 🙂 Por ahora aquí tenéis el sumario de la revista:
Como sabéis, hay países con un tipo de tristeza con unas características concretas. En el caso de Portugal se denominada saudade. Mi artículo trata sobre el tipo específico de melancolía ruso denominado oblomovchina debido a la relevancia de la obra Oblomov (1858) de Ivan Gontsjarov donde se refleja de una manera excepcional la sociedad rusa. Este tipo de melancolía se forja en momentos de crisis, en el momento en que las cosas como las habíamos conocido mueren, ya que no es fácil estar a caballo entre momentos históricos. Espero que os interese 🙂 Aquí podéis descargar el nº 9 (pp. 13-16) donde encontraréis mi artículo y también el resto de los números.
Espero vuestros comentarios bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤
Estupendo! 🙂 misión cumplida…
Gracias por caracterizar al personaje, no es lo que pensé, pero la novela se antoja leerla.}
Muchas gracias Jose Luis…todas las revisats para las que colaboro son muy serias. En realidad el protagonista es un payaso y de los tristes…por cierto, los amos del mundo son siempre los mismos..no lo dudes.
Salu2
Querida Berta, no he leído la novela, pero tu artículo hace ver al protagonista como alguien muy interesante. Y en lo personal, después de enfocarlo siguiéndote, desde una óptica psicocrítica, me apasiona aún más la historia y prometo leer la novela pronto. Es muy probable que el autor captara esa lenta podredumbre social que acababa con la vieja Rusia lentamnte, mientras faltaba más de medio siglo para la revolución de octubre, y cuando el romanticismo ya era historia. Y de seguro es necesario leer a fondo para saber si la jeringa encaja su aguijón freudiano en ese personaje perezoso y abúlico, que probablemente está pisando un terreno ya decadentista, como otros, de años posteriores y de otras literaturas, que se meuestran, como lo era la civilización europea de finales del XIX, saturados de refinada cultura, pero sin fuerza para vivir….De hecho, recordé un famoso soneto de Verlaine que posiblemente conoces y que introduce el Decadentismo: «Je sui l’Empire a la fin de la decadence», donde la voz poética pinta escenas de ocio y de melancolía en la Roma moribunda invadida por los bárbaros. ¿Es Oblonov un personaje decadentista? También me pareció muy interesante tu apreciación sobre la relación tan estrecha ntre Oblonov y su siervo. Ya Hegel en la Fenomenología del Espíritu, terminada en 1807, cuando Napoleón con sus ejércitos tomaba Jena, introdujo la «figura» de ese binomio indisoluble, el amo y el esclavo, que fue estudiado por Nietzche, por Marx y por psicoanalistas. Esa figura es el esbozo de las relaciones sadomasoquistas, y de la lucha de clases. Y viene a cuento porque terminas el artículo diciendo que hoy que la burguesía ha muerto, todos somos esclavos del neoliberalimo. Quizá Oblonov tapujó tras abulia y con su tristeza rusa, que lo detrioró en lo físico rápidamnte, su inconformidad con el orden establecido, y nosotros, cómo podemos lucha contra los nuevos amod del mundo entero?
Felicidades por publicar en esta rvista tan seria.
Un abrazo.
Muchas gracias! Un saludo 🙂
Te comparto está interesante!