Escribir no es siempre bonito, por lo general no se consigue éxito y mucho menos dinero. A no ser quieras ser un escritorzucho de best sellers y novela histórica y te vendas barato, con la escritura uno a lo más que aspira es a luchar por sacar muchas de las cosas que se le han quedado enquistadas dentro. Publiqué un ensayo, escribirlo fue un infierno. Luego decidí aprovechar las oportunidades de la autopublicación. Os confieso sin rubor que mi segundo libro fue un coñazo, OSTRANENIE una pesadilla y estoy temblando de pensar en mi próxima novela, que acabo de empezar. A pesar de todo, existe una razón para hacerlo y es una satisfacción personal y una imposibilidad de acallar lo que te bulle por dentro. Apuesto a que vosotros pensáis lo mismo.
Algo curioso que sucede con mis libros es que engloban etapas en mi vida. Con OSTRANENIE quería mostrar la importancia que la fotografía había empezado a tener para mí desde hacía unos años y que había cambiado mi forma de escribir y describir, de observar y plasmar, pero no era capaz de expresar en fotografías lo que sabía que podía poner en palabras. Cuando vi las fotos de masLucena supe enseguida que decían lo que yo ya pensaba y que eran perfectas para lo que quería contar. Sus fotos siempre me han llegado al hueso porque son como agujas hipodérmicas. Me esfuerzo en dejar de mirarlas pero no me es posible. Como ya habíamos colaborado en Los que sobreviven nunca son los mismos fue muy fácil el trabajo y todo ha ido rodado. Sin embargo, las dificultades de autoeditar un libro de fotografías y relatos no han sido pocas, motivo por el que os pedimos disculpas. Ha habido errores que intentaremos subsanar en una reimpresión si todo va bien. Uno de ellos lo encontráis en la fotografía del encabezado que está volteada. De todas formas, espero que os acerquéis al libro y lo degustéis. No esperéis que os expliquemos las fotografías. Como decía Miguel Delibes, «una fotografía que requiere una explicación es una mala fotografía». Hacedlas vuestras. Pensad en qué pensáis, si es que queréis. Las fotografías son independientes de los relatos pero explican eso que no solemos tener en cuenta: que vemos lo que queremos ver y oímos lo que nos da la gana, siempre en nuestro mundillo. Somos de lo más penoso. A todo esto…las fotos están en venta. Cada uno a lo suyo, nosotros a lo nuestro. 🙂
¿O no?
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