EDUARDO MENDOZA: EL ASOMBROSO VIAJE DE POMPONIO FLATO

escritor-eduardo-mendoza-1382021782981

Reconozco que me cuesta vencer reticencias iniciales al enfrentarme a escritores hacia los que es probable que tenga prejuicios absurdos. Menos mal que para eso cuento con buenos amigos que me ayudan a no ser tan pacata. En el caso que nos ocupa, no era una cuestión de prejuicios sino de falta de ganas de abordar las obras de este escritor, que en noviembre de 2016 se hizo con el Premio Cervantes.

No os puedo hablar del porqué no me ha apetecido asomarme a sus novelas, pero ya hemos puesto remedio con El asombroso viaje de Pomponio Flato, obra ambientada en Palestina (y no en Barcelona como suele, él y la mayoría de los escritores españoles actuales, muchos catalanes, lo que es de agradecer). Escoge el siglo I y donde se cuentan los azares de este romano al que contrata el niño Jesús para que salve la vida de su padre José, que ha sido condenado por la muerte del rico Epulón. Como podéis ver, utiliza personajes históricos a su antojo, sin rigor y sin rubor, para adentrarse en el género policíaco. Con todo, ni el género histórico ni el policíaco son los más importantes aquí, ya que la sátira y con ella el humor del que hace gala en todo el texto, es lo más representativo del mismo.

Precisamente el humor comienza en el lenguaje y se traslada a los hechos narrados. Manipula ese lenguaje mediante cultismos, pedanterías y dobles sentidos, pues el lector traslada de manera inconsciente lo que lee a la actualidad y a sus propios conocimientos bíblicos e históricos, y por eso es difícil no reírse con esta obra. El hecho de que Pomponio esté utilizando el recurso de escribir una carta, a Fabio una vez más, (hablamos ya de La Epístola moral a Fabio en la entrada de Jesús Ferrero sobre Eros Y Misos) nos lleva a ese conocimiento que pueden tener algunos lectores. Es un recurso clásico bien utilizado.

Mendoza ha publicado diversas obras dentro del género detectivesco protagonizado por personajes marginales, también mezclados con la parodia como la saga El misterio de la cripta embrujada (1979), El laberinto de las aceitunas  (1982), el tercer volumen, La aventura del tocador de señoras (1982) y el último publicado en 2012 El enredo de la bolsa y la vida. Así pues, ha repetido con esta mezcla de géneros una fórmula que le va muy bien. En este caso en concreto, se evidencia el espíritu crítico de esta novela frente a los grandes e infames bestsellers pseudohistóricos como El código Da Vinci  de Dan Brown o El Ocho de Katherine Neville.

Es posible, como he leído, que la obra de Mendoza se divida en grandes obras como La verdad sobre el caso Savolta (1975), su primera novela o La ciudad de los prodigios (1986) y luego las obras menores como las arriba mencionadas. En cualquier caso, su técnica es excelente porque parece fácil lo que hace y es extremadamente complicado crear un tono satírico, mantenerlo toda la novela sin que el lector se aburra o pierda la sonrisa. ¿Si recomiendo a Mendoza? Sí. Lo más probable es que me adentre en su ensayo sobre Baroja, Baroja la contradicción (2001). Lo bueno de los grandes escritores es que puedes elegir entre sus distintas obras.   

Contadme, por favor, bertadelgadomelgosa@gmail.com

También puedes apuntarte a mi taller online de crítica literaria en Culturamas.

ALFREDO CONDE: EL BEATO

 

alfredo conde

En este país de enchufes y mangoneos es especialmente sangrante el que sufren determinados autores que no cuentan con las campañas de marketing y tiradas ingentes de ejemplares de algunos de aquellos que mejor harían en dedicarse a otros menesteres. Ésta es, a mi parecer, la situación de Alfredo Conde, sin duda un referente para la literatura española cuyo  reconocimiento me resulta escaso. Las razones para que sea uno de mis autores imprescindibles son muchas y variadas, pero veamos alguna de ellas aplicada a la novela que nos ocupa.

El beato, que ha ganado el Premio Ateneo Ciudad de Valladolid, cuenta la historia de un hombre venido a santo, Fray Julián de Chaguazoso, aunque no tiene muy claro cómo. A través de las láminas que fray Tadeo de la Aguadilla hiciera  siglos después, el protagonista enmienda la plana a su hagiógrafo con esa socarronería tan típica de Don Alfredo y ese humor de buen gallego, que vemos en sus varios niveles de lectura. La vida de Fray Julián está marcada por la ironía de que las cosas sucedan por azar o por la obra de Dios. Un misterio insondable que no preocupa a este hombre determinado y trabajador que llegó a las Indias a hacer las Américas y encontró la santidad.

Las hagiografías o vidas de santos han sido un género muy leído por grandes escritores, pero nunca han estado exentas de exageraciones, cuando no de invenciones y mentiras, de ahí que  El beato tenga un punto paródico, ya que es el propio intresado quien nos cuenta la realidad de su existencia. Y por aquellas otras ironías resulta que la edición de la novela ha coincidido en el año de canonización de Teresa de Calcuta, que cuenta también con detractores, no sólo por la extrema rapidez del proceso, sino porque en todo ser humano hay luces y sombras, que a algunos se perdonan mejor que a otros y que se ocultan de manera flagrante en las biografías.

No obstante, El beato es una obra con más acción de la esperada a priori, en la que subyace una crítica (feroz, diría yo) hacia las instituciones tanto civiles como eclesiásticas que se enriquecieron al usar el nombre de Dios en propio beneficio amén de utilizar todo tipo de vilezas y crueldades para detentar el poder en unas tierras ya habitadas, aunque nadie pareció darse cuenta. La violencia tanto de unos como de otros, las pasiones o la venganza narradas con la normalidad de quien las vive desde dentro no nos puede llegar a sorprender, porque esto de que la historia se repite es más bien cierto y, en mi opinión, es uno de los alicientes de esta novela. Así que os recomiendo El beato vivamente, porque para sobrellevar lo que nos queda nada mejor que la maestría y el humor de Don Alfredo, tan negro tantas veces, tan recomendable todas ellas. Va para usted un abrazo.

P.d. Para los que hayáis leído Ostranenie mi libro de relatos y fotografías junto a masLucena, deciros como curiosidad que el relato «Los días fueron otros» está dedicado a Don Alfredo.

Contadme qué os parece en bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

 

 

 

DONALD BARTHELME: 40 RELATOS

Imagen

Ya sé que este hombre parece un asesino en serie típico pero Donald Barthelme (1931-1989) fue un escritor innovador que se interesó por el sinsentido de la vida y el absurdo. Escribió postmodernamente pero su prosa no está post mortem. Todo lo contrario, porque se puede ser sarcástico y se puede ser Barthelme. Increíble. No hay nada que le parezca que no debe pasar por ese tamiz. Ejemplo: «Mi mujer quiere un perro, aunque ya tiene una niña», frase con la que comienza el primer cuento. Así que nadie se lleve las manos a la cabeza con el resto. Al humor sarcástico y a todo lo que vaya más allá hay que añadir la técnica del fragmentarismo y el collage, porque la realidad no es una y entera, sino que se compone de trocillos con los que componemos nuestras estúpidas vidas insertas en la sociedad de consumo masivo que nos atonta.

Este periodista dirigió el Museo de Arte Contemporáneo de Houston entre 1960-1962 , por lo que creo que tendría una idea de lo que es una estafa artística y el verdadero arte. No estoy tan segura de que algunos lo tengan tan claro. Lo que sí resulta evidente es que la vaciedad de muchas obras a las que llamamos «arte» es el mismo vacío de tantas y tantas personas que nos rodean y que incluye en sus textos. Barthelme juega con sus personajes y con los lectores y es implacable. La parodia de la realidad se une a la parodia del pacto entre lector y autor, la metaficción. La metaficción es la ficción dentro de la ficción, es un juego que consigue que sea el propio texto el que se ría de sí mismo consciente de ser un artefacto. Leemos un libro, que es algo inventado, los personajes no existen pero pueden estar mezclados con personas reales. El texto pionero fue La vida y las opiniones del caballero Tristram Shandy (1759-1767) de Lawrence Sterne obra paródica que se definió como extravagante con la que Barthelme comparte la ironía, el humor negro y esa obsesión por reirse de esto que nos rodea llamado vida en eso que tanto nos gusta llamado literatura.

PD. Os recuerdo que podéis conseguir LOS QUE SOBREVIVEN NUNCA SON LOS MISMOS ya en www.esebook.com también en América. La semana que viene estará ya en digital en Amazon, Apple y otras plataformas. Os mantendré informados. Esta tarde, presentación en Valladolid (Café Dedalus, La Merced, 8) a las 19:00 h. Muchas gracias por estar ahí.  ❤