ALFREDO CONDE: LA SECUELA Y OTROS CUENTOS DEL CARAJO

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Gracias por estar ahí después de estos meses que necesito cada año para desconectar de las redes, pero ya tenía ganas de contaros nuevas cosas y en breve os presentaré mi página web <3.

Los que me seguís desde hace tiempo conocéis mis filias, fobias y también mi afecto y especial predilección por la obra de Alfredo Conde, de la que no me cansaré de repetir que merece un profundo estudio y difusión. Don Alfredo, Premio Nacional de Literatura, Premio Nacional de la Crítica, Premio Nadal y otros tantos merecidos premios, me agradeció personalmente la crítica de Los otros días, una de sus mejores novelas. Para mí, sus palabras fueron un orgullo y también una lección de humildad que no voy a olvidar.

La cosmovisión o weltanschauung que se refleja en sus obras como Memoria de soldado, se centra, en  mi opinión, en el ser humano al que, a pesar de su estilo mordaz y socarronería típicamente gallega, no abandona a su suerte, sino que desciende con cada personaje a los infernos de sus miedos, el paso del tiempo, la muerte o la (in)moralidad. Pese a todo, el humor negro, las más de las veces, está muy presente. Y ese es, en concreto, el nexo de unión de los relatos La secuela y otros cuentos del carajo, que habían estado dispersos hasta ahora. Después de la estupenda novela El beato, crítica y revisionista con el descubrimiento de las Indias que, como sabéis, ni lo uno ni lo otro, nos presenta esta compilación de cuentos en línea con ese humor un tanto escabroso, del que hablábamos.

Se suele pensar, erróneamente, que el relato es un subgénero menor. Tras el Premio Nobel a Alice Munro (inmerecido si comparamos su obra, por ejemplo, con la de su compatriota Alistair MacLeod, del que algún día os hablaré), parecen haber cambiado las tornas, aunque sigue pareciendo mal visto divertirse con la lectura de relatos. Afortunadamente, Don Alfredo hace lo que quiere y le da la gana, ese tipo de cosas que no sólo dan las canas sino el buen hacer literario, y puebla estos cuentos de una visión muy clara de lo tristes que somos los humanos, de lo poquito que somos una vez que escarbamos en nuestro interior, de esa manera tan sarcástica, precisa y concisa tan suya. Por eso nos conviene volver a su obra, para deleitarnos de un lujo que está al alcance de muy pocos: utilizar el ingenio para hacernos disfrutar con alardes técnicos como los del cuento titulado «El fleje de papá o con las cosas del amor nunca se sabe», mientras el vagón del tren se nos queda mirando al no dar crédito de que aún seamos capaces de de reír a carcajadas con un buen libro. Va por usted, Don Alfredo. Bo día.

Contadme: bertadelgadomelgosa@gmail.com >3

 

ALBERTO MÉNDEZ: LOS GIRASOLES CIEGOS

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En el año 2004 el diario El Mundo publicó en su revista semanal «El Cultural», una crítica literaria sobre el autor del libro Los girasoles ciegos pero incluyó una fotografía de un tal «Alberto Méndez», que no se correspondía con el autor. Al buscar la imagen para este post no me he querido arriesgar a poner una persona que no fuera el autor real, me daría mucha vergüenza hablar de un escritor cuando en realidad vemos la foto de una persona que se presentó al concurso de belleza como Míster Zamora o vaya usted a saber.

Los girasoles ciegos es uno de los mejores libros que he leído últimamente. Se trata de la unión de cuatro relatos largos cuyo nexo es la guerra civil española. Los personajes, cuya introspección psicológica sobrecoge, se entrelazan también. El retrato de la sociedad, divida en vencedores y vencidos a los que unen todo tipo de miserias morales, humanas y económicas conjuga una sociedad enferma, que es en lo que se convierten los protagonistas de cualquier guerra civil.  Si junto a este hecho tenemos en cuenta la variedad y exactitud del vocabulario, el profundo conocimiento de la época y la denuncia de un momento histórico que por mucho que se empeñen no hemos superado, tenemos la necesidad de leerla en sentido filosófico, esto es, necesidad como obligación. ¿Por qué?  Porque aún tenemos cadáveres en las cunetas, nos negamos a mostrar nuestra bandera salvo en el fútbol no nos vayan a confundir con fachas y alguno de nuestros políticos no sabe que el comunismo murió hace rato. No es la única obra imprescindible de este período, claro, me viene a la cabeza Memoria de soldado de Alfredo Conde de la que ya hice una reseña.

Lo terrible de Los girasoles ciegos, casi un best seller, es que triunfó póstumamente y su autor no conoció su éxito. Como si se tratara de una obra de la Edad Media en la que el escritor no fuera relevante, ni sabemos el aspecto de un hombre, hijo de poeta, que fue redactor en diversas editoriales y guionista de Pilar Miró. Triste en mi opinión. Os dejo con el trailer de la película dirigida por José Luis Cuerda que llevó al cine el último de los relatos. Rara vez crítica y ventas van de la mano. Por algo será.

Pd.1 Quiero agradecer a Agustín  esta recomendación, porque sólo los buenos amigos recomiendan grandes libros 🙂

Pd.2 Como sabéis voy a impartir un Taller de crítica literaria para Culturamas al que estáis tod@s invitados. Pero hay más talleres. Si estáis interesados escribid a cursos@culturamas.com. Las plazas son limitadas.

Pd.3 No quiero morirme sin probar las mieles del éxito. Sentiros parte de la historia y comprad OSTRANENIE.

Os espero: bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

 

 

 

 

ALFREDO CONDE: MEMORIA DE SOLDADO

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Magistral. Mi adjetivo predilecto cuando no hay nada más que decir. Don Alfredo es uno de mis escritores favoritos por esa cualidad tan suya de hacer que escribir parezca fácil y, cuando crees que sabes dónde va, entonces da un golpe de timón y piensas: ¿cómo lo ha hecho? Será que ha sido marino.

Memoria de soldado es una novela basada en hechos reales pero de personajes inventados sobre la guerra, un universal temático sobre el que Conde nos da su visión. La decisión del autor de no ambientarla en España sino en ciudades ficticias es otro acierto, porque permite al lector alejarse de esa realidad de la guerra civil, a la vez que observa los hechos de una manera más objetiva, ya que no hemos superado del todo el trauma nacional. Esta es una manera de centrarse en lo verdaderamente importante: el horror de la guerra, de todas las guerras. Para ello nos guía la mirada de un hombre normal, de esos que dan un poco de grima porque son capaces de todo por sobrevivir. Antihéroe, ya. Inteligente, cínico, manipulador y gris entomólogo aficionado (este detalle es excepcional). Lo que ocurre es que la intensidad de la narrativa de Conde y la profundidad de su pensamiento nos llevan a verle también como un superviviente y, en no pocas ocasiones, los supervivientes nos dan asco, porque nos creemos mejores y porque no entendemos cómo es ser un ser humano si somos tan inhumanos la mayor parte del tiempo.

Y ahora viene otro de los adjetivos que reservo para las grandes obras, para la literatura de verdad: imprescindible. No en vano, en el próximo libro de relatos y fotografías que preparo junto al fotógrafo masLucena, OSTRANENIE y que saldrá en otoño, uno de los cuentos está dedicado a Don Alfredo. Os informaremos puntualmente y, mientras, leed Memoria de soldado.

¿Qué me contáis? bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤