MILAN KUNDERA: LA IGNORANCIA

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A partir de hoy también podéis encontrar mis artículos de crítica literaria en opulix.com. Una comunidad de escritores que tratan temas de actualidad: ciencia, sociedad, diseño, cocina, literatura… Os espero aquí, allí, donde sea…pero os dejo el artículo por si no os apetece pinchar en el enlace ¡ah! y gracias por leerme ❤

No suelo releer pues tengo tantos libros pendientes que prefiero conocer nuevas obras. Lo que sí hago es volver de una manera obsesiva sobre autores que admiro, uno de los cuales es Kundera, porque con sus libros siento un escalofrío. Siempre he creído que su forma de escribir no es tan compleja, pero sí su pensamiento. En sus personajes y, en concreto, en los de La ignorancia, muestra su maestría en los cambios de rumbo yendo de la historia de uno a otro protagonista, a la vez que las entremezcla. El nexo de unión es la nostalgia o, al menos, los sentimientos encontrados al volver al país de origen tras veinte años en el de acogida. Ya nada es como antes y lo que creyeron recordar es una trampa. La memoria es frágil, la memoria es ignorante al fin y al cabo.

Milan Kundera: La Ignorancia

La forma de afrontar el regreso de los protagonistas es diferente, como también lo son sus historias y motivaciones personales. El repaso, revisión o quizá desconocimiento de uno mismo tras el paso de los años no da lugar a la compasión. La revolución se ha hecho a través del tiempo y acosta de las personas que se quedaron en el país. Los que se marcharon parecen meros traidores, cuya culpa parece expiarse con su vuelta. Ahí quedan las pequeñas venganzas, los reproches, la envidia. Es “la otra historia”, la de los que quedaron atrás e intentaron no hacer de sus vidas un lamento. Cada personaje, pues, es invitado a formar parte de la historia del mundo y, a la vez de cada uno, porque todos tenemos una historia de desconocimiento personal a la vez que un desarraigo que nace de la frustración. Todos podemos considerarnos emigrados y vencidos.

La ignorancia es una novela tristemente actual y que deseamos desconocer en este momento en el que el Mediterráneo se ha convertido en un cementerio. Haríamos bien en mirarnos en el espejo de la historia de Europa y comprobar que la ignorancia del pasado no nos exime de nuestra responsabilidad en el futuro, pues significa apartar la mirada a todas las víctimas de la represión en uno u otro sentido, víctimas que un día fueron nuestros padres o quizá nosotros seamos en algún momento.

A vuestra disposición en: bertadelgadomelgosa@gmail.com

MILAN KUNDERA: EL LIBRO DE LOS AMORES RIDÍCULOS

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Como muchos de vosotros cuando tengo un libro en las manos ojeo la contraportada y veo de qué va. En este caso, bueno, no sé qué pensar. Es una cuestión de comas. Os dejo que lo leáis y me decís, ¿sí?

“Tal vez por haber sido escritas en el período (entre 1959 y 1968) más feliz de la vida de Milan Kundera, según sus propias palabras, estas narraciones son las más alegres, las más seriamente desvergonzadas y las más reflexivamente divertidas de su obra.”

        ¿Entonces? Dos opciones:

  1. El período entre 1959 y 1968 es el más feliz de Kundera, según sus propias palabras o,
  2. estas narraciones son las más alegres que ha escrito, según sus propias palabras.

 El hecho de no poder siquiera interpretar cuál son las verdaderas palabras del autor tiene su miga, no creáis. ¿Se necesita estar alegre para hacer algo divertido? ¿Cuando se es infeliz se escribe mejor? Estas comas mal puestas podrían parecer una tontería si no me hubiera reído más que un par de veces. Lo cierto es que es uno de los libros de relatos que vuelven a  mí por lo mal que lo pasé leyendo alguno de ellos que me han atormentado como sólo lo puede hacer Maupassant o Ian MacEwan. Temas que me fascinan por un lado y que me preocupan por otro son la humillación, la mentira, el suicidio, el amor, la amistad, lo que somos y lo que parecemos, el sexo, lo que nunca sabrán los demás de nosotros mismos, lo que jamás sabremos de nosotros mismos, la vejez, el dolor y la degradación física. Francamente, no veo la risotada por ningún sitio. En cualquier caso, y aunque yo carezca de sentido del humor o sólo vea el sentido trágico de la vida, os aseguro que es un libro que deberíais leer. Porque no es que sea tronchante, entendía que este autor no es un graciosillo, pero es que la burla del ser humano a mí me ha parecido terrible. Los personajes exagerados a veces son ridículos, lo que me parece fatal porque soy española y a los españoles nos avergüenzan las vergüenzas de los demás. La moralidad y la inmoralidad se mezclan con el daño que podemos hacer a los que nos rodean o a nosotros mismos. Y también está la fe o la falta de ella. Dios guiando a estos personajes del gran teatro del mundo. El que se ríe es Kundera. De eso no hay duda. Coge a sus personajes como a liliputienses que juegan a interpretar en un teatro sus miserias. Divertido, no diría. Imprescindible sí.