BERTA DELGADO MELGOSA Y LOS QUE SOBREVIVEN NUNCA SON LOS MISMOS

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A mí siempre me han gustado los profesores de historia supongo que por oposición a los de literatura casi siempre resentidos o amargados porque no podían ser escritores o, al menos, de los buenos. Con los años me he vuelto benevolente que, ya sabéis, viene de bene y de volo, es decir, querer ser bueno, así que intento verme a mí misma en la piel de uno de esos profesores que se enfrenta a sus alumnos con uno de sus escritos en las manos.
Por si no lo sabéis, a finales de este mes voy a publicar Los que sobreviven nunca son los mismos con ViveLibro Editorial. No es mi primer libro, Neither Eagle Nor Serpent: el tema de la guerra de Vietnam en la novela chicana es un ensayo publicado en 2012 por el Instituto de Estudios Norteamericanos Benjamin Franklin. Sin embargo, un libro de ficción no tiene nada que ver. Dejando a un lado que lo he escrito en muchos años, años difíciles, hecho con trozos dispersos de lo que yo pienso que es la literatura y lo que puedo hacer, con lecturas afortunadas y poco tiempo esto es lo que ha salido. Dentro de poco ya podréis juzgar por vosotros mismos, espero vuestras críticas y comentarios en bertadelgadomelgosa@gmail.com.
Os dejo con un vídeo que he realizado para vosotros oh! lectores 🙂

 

 

 

 

ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (PTSD) Y LITERATURA DE TRAUMA 2

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Las personas que padecen de estrés postraumático (PTSD por sus siglas en inglés) han sobrevivido a desastres naturales, son supervivientes del Holocausto, de Hiroshima y Nagasaki, de violaciones, de incesto, de campos de prisioneros o de campos de refugiados, de abusos psicológicos, físicos y/o sexuales, de accidentes o desastres naturales. Los miembros de un grupo destinatario o de riesgo (targeted group) son más propensos a sufrir un trauma debido a su situación de inferioridad con respecto al grupo dominante por imposiciones y prejuicios tales como la raza, la clase, el género o la afiliación religiosa.[i]

Ahora ya sabemos en qué consiste el trauma. Sabemos cómo lo denominamos pero la definición es más compleja: es eso que no queremos nombrar y quienes lo han padecido no saben cómo explicarlo. Como decíamos, estos son hechos extraordinarios no porque ocurran raras veces, sino porque arrollan los sistemas que proporcionan a las personas un sentido de control, de conexión y de significado.[ii] Cada situación traumática inspira en la víctima terror e impotencia y si el perpetrador no consigue escapar de la denuncia, ataca la credibilidad de la víctima o intenta que nadie escuche.[iii] Es por ello urgente dar testimonio sobre la verdad de su experiencia. La literatura de trauma une obras cuyo autor ha sufrido una circunstancia traumática. Estudié este tipo de literatura en las novelas chicanas sobre Vietnam en las que los autores/soldados intentaban recomponer los fragmentos de sus vivencias en Vietnam en una novela para reconstruir el yo[iv], que les uniera a otras personas en sus mismas circunstancias. También para que se escuchara su discurso. Precisamente, restaurar la conexión entre los supervivientes y su comunidad es el tercer paso para su recuperación. El primero es establecer seguridad y el segundo reconstruir la historia del trauma.[v] Si seguimos este esquema, nos damos cuenta de que los soldados, tras conocer la verdad de la guerra y posicionarse en contra, se enfrentan a un conflicto traumático. La vinculación afectiva entre los soldados, la fraternidad o brotherhood es el método principal para crear una comunidad en un mundo hostil y establecer seguridad.[vi] El segundo avance es contar lo sucedido. En este caso se trata de escribir una novela que llegue a un gran número de personas y, en tercer lugar, devolver los vínculos entre el superviviente y su comunidad. Todos los autores forman parte de la comunidad chicana y con sus novelas denuncian lo sucedido. El objeto de nuestro estudio era proporcionar las claves que unían todo el corpus desde dicha óptica[vii].

Intenté un nuevo estudio sobre novela de trauma con Jorge Semprún, escritor, intelectual, político y guionista cinematográfico español y ex ministro de Cultura (1988-1991) cuya obra fue escrita, en su mayor parte, en francés. Fue superviviente del campo de exterminio de Buchenwald, pero no encontré los vínculos necesarios, al menos en su autobiografía La escritura o la vida. En cualquier caso, para acercarse a este tipo de literatura necesitamos de disciplinas como la psicología, la psiquiatría, la sociología, la antropología y de mucha empatía y fuerza para ser capaces de comprender, asimilar y ayudar a dar voz a las víctimas.

©Berta Delgado Melgosa

bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤


 

[i] Cf. Kalí Tal. Worlds of Hurt. Reading the Literatures of Trauma. Cambridge: Cambridge University Press, 1996: 9.

[ii] Cf. Judith L. Herman. Trauma and Recovery. New York: Basic Books, 1997:33.

[iii] Cf. Judith L. Herman. Trauma and Recovery. cit. 9.

[iv] Cf. Kalí Tal. Worlds of Hurt. cit: 138.

[v] Cf. Judith L. Herman. Trauma and Recovery. cit: 3.

[vi] Cf. Kalí Tal, Worlds of Hurt. cit: 141.

[vii] Cf. Berta Delgado Melgosa, Neither Eagle Nor Serpent: el tema de la guerra de Vietnam en la novela chicana, Instituto de Estudios Norteamericanos Benjamin Franklin, Alcalá de Henares, Madrid, 2012.

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LA GUERRA DE VIETNAM Y LA NOVELA CHICANA

   Los chicanos, descendientes de mexicanos, al borde de dos culturas se encuentran en un espacio inter en el que su producción narrativa implica una alternativa al producto hegemónico que impide al público acercarse al conocimiento de la guerra sin ideas preconcebidas y manipuladas. Desde una perspectiva de índole comunal luchan contra la ideología de que es el individuo, y no sólo el sistema, el culpable de lo ocurrido, por lo que se sienten responsables de sus actos. La serie de decisiones que causaron la guerra así como la (falta de) estrategia basada en el recuento de cadáveres (body count), el sistema de rotación impuesto por el general William Westmoreland (tour of duty) y las tácticas de pacificación estaban pensadas para destruir a un enemigo invisible, tenaz y poco menos que ubicuo. El Movimiento chicano luchó contra la guerra de Vietnam ante el elevado número de víctimas mexicanoamericanas, a pesar de que solo un pequeño porcentaje de la población total estadounidense era de origen latino. La opinión de los militantes chicanos es que la guerra se costeó mediante el recorte de los gastos sociales en Estados Unidos. De este modo, los autores chicanos que escriben sobre Vietnam fuerzan una revaluación de las formas heredadas de patriotismo y de la supremacía blanca, así como ponen en tela de juicio la propia sociedad estadounidense que produce la guerra y ha determinado la conquista del sudoeste asiático y el tratamiento de chicanos y mexicanos desde 1848. La situación de pobreza en la que se encuentran, de discriminación laboral y de incultura junto a los asuntos mencionados de patriotismo y masculinidad no varían y prácticamente no ofrecen a los chicanos más salida que alistarse voluntarios o no resistirse a las prácticas clasistas y racistas del reclutamiento. Precisamente, este contexto se une, en cierto modo, a hechos históricos similares como la conquista de México por los españoles. Se equipara, también, la invasión estadounidense de México y la vietnamita. La idea que se desprende de las novelas chicanas sobre Vietnam es que la historia de matanzas, guerras y abuso del débil es algo constante. La necesidad de unir, como si de un puzle se tratara, las piezas necesarias para comprender la situación en la que se halla la comunidad chicana es una firme particularidad de sus manifestaciones literarias.

   La característica que distingue ambos corpus, mexicanoamericano y no-mexicanoamericano sobre la guerra de Vietnam, es el grado de crítica al gobierno y la reivindicación de la identidad cultural chicana. Los personajes de las novelas chicanas no sólo se sienten traicionados por su país, sino que son plenamente conscientes de que han sido utilizados como señuelo, del mismo modo que otras minorías, cuestión que también se pone de manifiesto. De esta manera, se desmitifica el romanticismo de la guerra. Estas novelas revelan la falta de conciencia crítica que no llevó al cuestionamiento del patriotismo, de las formas tradicionales de la masculinidad o de la teoría del dominó, política que condujo al país a participar en este conflicto.

 (Si os ha interesado el tema podéis leer mi libro publicado por el Instituto Benjamin Franklin, Neither Eagle Nor Serpent: la guerra de Vietnam y la novela chicana (2012) y del que podéis encontrar más información al pinchar en los links).

https://www.institutofranklin.net/es/publicaciones/biblioteca-benjamin-franklin

Haz clic para acceder a VietnamWeb_21-02-2012.pdf