Vlog. Berta Delgado Melgosa habla de Gabriel Ferrater

Gabriel Ferrater

Os dejo hoy con la biografía de Gabriel Ferrater y el vídeo donde leo una maravillosa carta que escribió a uno de sus grandes amores, Helena.

No suelo hablar de poesía, pero espero que disfrutéis tanto como yo a este gran poeta maldito.

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IBON ZUBIELA MARTÍN: PRESUNCIÓN DE CONCIENCIA /KONTZIENTZIA USTEA

ibon zubiela

Me adentro una vez más en un territorio poco transitado y menos conocido como es para mí la poesía y lo hago con gusto de la mano del poeta Ibon Zubiela Martín  (Bilbao, 1975-), quien factura un libro bilingüe de poemas en castellano y euskara, que más bien son collejas, a veces tristes, que quieren hacernos despertar de esta nebulosa que es la vida que nos han hecho creer que necesitamos.

Zubiela divide el libro en cuatro apartados. En la primera parte, Presunción /Presuntzu, define su propio concepto poético «como puente entre la realidad y la pasión/ que permite contemplar las dos orillas». Nos lleva a la vergüenza, a una sociedad ciega y vacía y el paso del tiempo que sobrevuela todos los poemas. En el segundo apartado, Conciencia /Kontzientzia, el tono es áspero, la crítica rotunda, deberíamos «acabar con todo y empezar de cero». No hay metáforas que valgan, los versos nos cogen de las solapas y nos dejan a los pies de los caballos, pero las miserias son ajenas, son injusticias como las ocurridas en Siria, Palestina o Juárez. Nos deberían doler esas sentencias de muerte por nacer en donde no se puede vivir, pero no parece ser así. En la tercera parte, Zapatos ajenos / Besterren zapatak, el tono varía, es melancólico, casi apagado y furtivo, puebla los poemas de mentiras propias y extrañas, ausencias e indignación: «la indignación de las cenizas/es tan solo el resultado/latente de la inercia/de que hubo llama/y aún crepita». El poeta nos deja un resquicio de luz por el que siempre es posible despertar. El cuarto apartado, sólo en euskara (Ipar urratza),  cuenta con un único poema: «Izkututakoa».

Somos «poemas incompletos», según el autor, a lo que yo añadiría cobardes y obscenos, por mirar a otro lado y tragar con las manipulaciones, por comer mirando la tele imágenes que de repetidas nos dan igual, es la habituación a la violencia que nos ha dejado insensibles e impasibles. Zubiela ha escrito un libro porque podríamos hacer algo, cada uno según sus opciones, deberíamos, antes de que el paso del tiempo nos mate. Me recuerda su poesía a la urgencia con la que se escribió la poesía social  de los cincuenta, de Blas de Otero o Gabriel Celaya quien decía :

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Presunción de conciencia /Kontzientzia Ustea utiliza de nuevo la poesía para agitar conciencias, aunque se conforma con sentimientos de culpa. Sería bueno que no nos quedáramos quietos tras leer estos poemas. Esa es la razón de ser de este libro, tristemente necesario, que sólo pretende recuperar la dignidad del ser humano. Os dejo con el poema que más me ha llegado. Contadme ❤

DUELO

Voy a retarte

en un duelo a muerte

con mi sombra

a plena luz

deshaciendo la tormenta

agotada en la diferencia horaria

de todos los vértigos

los juguetes rotos

y los puntos suspensivos

para encontrarnos

más allá de las contradicciones

en el mapa de cicatrices

de las lágrimas.

Un duelo con mi reflejo

a plena voz

para recuperar las ganas

ocultas en el universo

apresuradas en las noches

de rutinarias cenizas

para volver a ser

ese tejido sutil de rojos y negros

soñado en el movimiento

de los continentes

como una desafinada armónica

de susurradas palabras

que nos devuelven

la dignidad

para pensarnos un mañana

para restañar el compromiso

respirando vida

e ir más allá de lo imposible.

Ibon Zubiela Martín

bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

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ANTONIN ARTAUD: PARA TERMINAR CON EL JUICIO DE DIOS

artaud

Artaud es una de esas extrañas mentes. El genio y la locura siempre han estado unidos en los creadores para bien o para mal, en un binomio difícil de digerir, cuando no existían cursillos para potenciar la creatividad y cuando ésta se curaba a golpe de electroschock. No hace falta mencionar el ingente número de escritores drogadictos y alcohólicos para escapar, cuyo último final es el suicidio. Me viene ahora a la cabeza el impresionante relato de Chéjov titulado «La sala número 6». De él sólo recuerdo un escalofrío. El mismo que dejan los poemas de Artaud y, en general, toda su obra, cruel, como él mismo dice. Y peligrosa, digo yo, porque corroe las entrañas de la sociedad pequeño burguesa (tan ínfima y tan burguesa) que prefiere encerrarle durante 9 años…está loco, está loco…no sólo por hablar de la mierda, de la caca, como en su poema «La búsqueda de la fecalidad». (A poco contacto que tengamos con la inocencia de la niñez o de la locura sabemos de la importancia de la defecación como algo usual y divertido pero extraño, nada que ver con esa obsesión de millonarios por acumular cuartos de baño en sus mansiones). La caca es algo que va más allá, la caca es la deshumanización en sí misma, es algo natural pero infecto que nos acerca a los animales (los infinitos cuartos de baño de oro nos acercan a la estulticia), como lo que nos quieren hacer creer de la locura, que nos aleja de nosotros mismos, pero en realidad es lo contrario.

A Artaud le afectó profundamente la muerte de su hermana, experimentó en México con el peyote y tenía buenos amigos que se preocuparon por él. No, no es una definición y tampoco una justificación. La locura está tan unida a nuestra piel que nadie se cree que puede caer en ella. Me viene a la mente Hambre, de Knut Hamsun, por la brutalidad, por la suciedad de nuestra sociedad. Mi fuerte no es la poesía, pero es que Artaud es otra cosa, es pura indefensión. Es un preso de su propia mente en una cárcel de despropósitos que es esta vida dirigida por desgraciados y cabrones. Yo os lo recomiendo, muchas veces no entenderéis nada, ni falta que hace. La realidad para Artaud (y también para mí) es una convención y nada más convencional que silenciar al diferente, al que habla las palabras de la verdad o dicho de otro modo, el que expresa la alienación con su propia vida. Os dejo con sus palabras.

bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

Sé que quisieron esclarecerme mediante el Vacío, y que me

negué

a que me esclarecieran.

Si se hizo de mí una hoguera fue para curarme de estar en el

mundo.

Y el mundo me quitó todo.

Luché para tratar de existir, para aceptar las formas (todas las formas) cuya delirante ilusión de ser en el mundo recubre la realidad.

…………………………………………………………………………….

No quiero seguir siendo un Ilusionado.

Muerto para el mundo, para lo que constituye el mundo a los

ojos de todos los otros, caído al fin, caído, subido a ese Vacío

que rechazaba, tengo un cuerpo que padece el mundo y evacua

la realidad.

 

Extracto de: Les nouvelles révélations de l’étre

 

 

 

 

W.H. AUDEN: EL POETA Y LA CIUDAD

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  El tema principal de The poet & the City , uno de los tres ensayos que conforman The Dyer’s Hand (1963) es la vocación de ser poeta y las dificultades que atraviesa la vocación artística en la época contemporánea a Auden. Éste señala el nacimiento de esa vocación y los obstáculos –mayores que en el pasado- que debe superar el escritor. He considerado presentar el desarrollo de este planteamiento en cuatro apartados:

  1. Quiero ser escritor. ¿Por qué? Porque el artista es responsable de lo que hace. Se dedica a actividades “gratuitas”, “puro arte”. En nuestra sociedad estamos dominados por los valores aplicados al trabajo y lo gratuito no se tiene en cuenta (hecho que debe ser aceptado por el artista). Este tipo de personas sin talento y que pretenden ser escritores es posible que sientan nostalgia del estatus social que en el pasado poseían los poetas.
  2. Educación. Para Auden un poeta en potencia debe educarse a sí mismo, ya que la universidad sólo contribuye a ello por casualidad.  La ciudad se presenta como un riesgo para el artista inmaduro que necesita considerar de qué va a vivir. Su curriculum incluye conocimientos en todo tipo de áreas de conocimiento para profesionalizar su gusto y no ser banal. Pero el autodidactismo tiene una serie de desventajas:

a)    Incertidumbre en el gusto.

b)    Excentricidad.

c)    Egoísmo.

3. Dificultades actuales para la vocación artística.

  • Pérdida de la creencia en la eternidad del universo físico. El poeta actual está más tentado que sus predecesores a abandonar la búsqueda de la perfección como una pérdida de tiempo; se contenta con bosquejos e improvisaciones en la era del “usar y tirar”.
  • Pérdida de la creencia en el significado y la realidad de los fenómenos sensoriales. La ciencia moderna ha destruido nuestra fe en la ingenua observación de nuestros sentidos. Nos dice que no podemos saber cómo es el universo físico “real”; sólo podemos aprehender cualquier noción subjetiva apropiada a un propósito humano particular. Esto destruye la concepción del arte como “mímesis”. Ya no hay una naturaleza “fuera” que se pueda imitar. Todo lo que puede hacer el poeta es ser sincero a sus sensaciones objetivas y a sus sentimientos.
  • Pérdida de creencia en una norma de la naturaleza humana que siempre requiere el mismo tipo de mundo construido por el hombre para sentirse seguro. La tecnología ha cambiado el modo de vida y el concepto de “tradición”, que ahora es una conciencia de todo el pasado, así como del presente (ya no se entiende como una generación que trabaja para la siguiente). También es distinto el concepto de “originalidad”; ya no significa una modificación del estilo de los predecesores sino una capacidad para encontrar la propia voz.
  • Desaparición del Public Realm como la esfera de hechos personales reveladores. Las artes y, la literatura en particular, han perdido al hombre de acción, al creador de hechos públicos, que ahora es el científico. Los medios de comunicación no ofrecen arte popular, sino entretenimiento para ser consumido y regurgitado rápidamente. Los “intelectuales” que sobreviven corren el riesgo de convertirse en snobs.

4. La ética y el compromiso del poeta frente a estos obstáculos. Como los intereses solidarios no son los predominantes en nuestra sociedad, todo artista se siente a sí mismo reñido con la civilización moderna. Para Auden, el mero hecho de hacer una obra de arte es un acto político. Mientras los artistas sigan haciendo lo que piensan que deben hacer no deberán olvidar que escriben para personas concretas, con rostros y nombres.

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