SARAH JAFFE: «WATCH ME FALL APART»

sarah jaffe

 

La música une más que las palabras y, a veces, une mejor unas palabras con otras, de ahí que dediquemos siempre en este blog de crítica literaria un espacio para canciones que son grandes historias. Nos hemos acercado a Johnny Cash («Out Among The Stars»), John Hiatt («Nobody Knew His Mame»), Bruce Springsteen ( «My Father’s House»)Dave Alvin Harlan County Line») , de nuevo John Hiatt  («Have a Little Faith In Me»)  y Hozier  («The Arsonist’s Lullaby»). Hoy le toca el turno a Sarah Jaffe: Watch Me Fall Apart, que significa algo así como «mira cómo me derrumbo».

sarah jaffe2

Sarah Jaffe (1986) es una cantautora texana cuya sensibilidad y melancolía son abrumadoras. Todas sus canciones muestran una profundidad extraña en la mayoría de la música que nos rodea. En este caso, nos cuenta la historia de una persona, cercana a la depresión o que atraviesa una depresión clínica, pero ¿quién no se ha sentido vacío alguna vez? ¿Alejado del mundo? ¿Paralizado por los errores del pasado? Es difícil expresar en palabras los sentimientos de miedo, de culpa, la sensación de estar fuera de uno mismo, de ver cómo los demás no pueden hacer nada para salvarte de ti mismo. O como dijo Anaïs Nin: «no podemos salvar a nadie. Sólo podemos amarlo». Sin embargo, Jaffe adora la vida, como ella misma dice, y a través de esas palabras tan tristes y de una profunda voz consigue revelar que merece la pena seguir.

Decidme qué os parece: bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

 

Sarah Jaffe. Watch Me Fall Apart

You said once you were sad
But i don’t believe you
You’re too simple in the head
For pain to please you
There are days when you feel good
And days when you feel nothing at all

But there is no inbetween
And is that, that kills you
Cause you don’t know what to do
Which page to thumb through
On all of my failures i’ve leaned
But with god as my witness i fall

Oh one by one they watch me fall apart
Oh one by one they watch me fall apart

Forgive me i’m empty
And i want you to need me
Your assurance is a game
And i’m always bluffing
Like suburban nature
I’ve separated myself

But i’ll kindly grip my teeth
Swallow and bury it
Unsettled and anxious
And now i’m careless
And i’m swearing in my sleep
Cursing as the day, as it goes by

Oh one by one they watch me fall apart
Oh one by one they watch me fall apart

Sarah Jaffe. Watch Me Fall Apart.

Traducción Berta Delgado Melgosa

Dijiste una vez que estabas triste
pero no te creo
eres demasiado simple
como para que te guste el dolor
Hay días que te sientes bien
y días que no sientes nada en absoluto

Pero no hay nada entremedias
y eso es lo que te mata
porque no sabes qué hacer
a qué página echar un vistazo
he desgranado todos mis errores
me derrumbo con Dios como testigo

Oh uno a uno ven cómo me derrumbo
Oh uno a uno ven cómo me derrumbo

Perdóname estoy vacío
quiero que me necesites
tu seguridad es un juego
siempre voy de farol
como la naturaleza suburbana
me he separado de mí mismo

pero me agarro los dientes con cuidado
los trago y los entierro
inquieto y ansioso
y ahora descuidado
juro en mis sueños
y juro durante el día hasta que se acaba

Oh  uno a uno ven cómo me derrumbo
Oh uno a uno ven cómo me derrumbo

HOZIER :»THE ARSONIST’S LULLABY»

hozier2

Después de Johnny Cash («Out Among The Stars»), John Hiatt («Nobody Knew His Mame»), Bruce Springsteen ( «My Father’s House»)Dave Alvin con «Harlan County Line» y de nuevo John Hiatt con «Have a Little Faith In Me»  vamos con un cantautor irlandés, nos alejamos un poco de Estados Unidos y nos metemos en la mente de un pirómano de la mano de una voz dulce que estudia soul y que he tenido el placer de ver en directo hace unos días, Hozier y su «The Arsonist’s Lullaby», la nana del pirómano. Un hombre nos cuenta su historia, la historia de una obsesión por el fuego desde que era un niño y que no comprende cómo empezó, su esperanza de que acabara en un futuro, algo que no pasó, y la destrucción que deja a su paso, empezando por sí mismo. Lo que me gusta de esta historia, que es un diálogo con uno mismo, es la conciencia del protagonista de lo que le sucede y su impotencia.  Ante la imposibilidad de controlar lo que le domina y le destruye nos advierte de no intentar domar nuestros demonios, que todos tenemos, simplemente no dejes libres los perros salvajes, eso dice Hozier. ¿Y eso es vivir? ¿Tú que crees?
bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤
When I was a child I heard voices,
Some would sing and some would scream,
You soon find you have few choices,
I learned the voices died with me
When I was a child I’d sit for hours
Staring into open flames
Something in it had a power
I barely turned my eyes awayAll you have is your fire
And the place you need to reach
Don’t you ever tame your demons
Always keep them on a leash

 

When I was 16 my senses fooled me
I thought gasoline was on my clothes
I knew that something would always rule me
I knew the scent was mine alone

(Chorus)
All you have is your fire
And the place you need to reach
Don’t you ever tame your demons
Always keep them on a leash
When I was a man I thought it ended
When I knew love’s perfect ache
But my pieces always depended
On all the asses in my way
(Chorus)
All you have is your fire
And the place you need to reach
Don’t you ever tame your demons
Always keep them on a leash

Lyrics by Bobbie Rose.
Cuando era un niño escuchaba voces
algunas cantaban y otras gritaban
pronto aprendí que tenía pocas opciones
aprendí que las voces morían conmigo
Cuando era niño
me sentaba horas
mirando fijamente las llamas
algo allí tenía poder
apenas podía volver la mirada
(Estribillo)
Todo lo que tienes es tu fuego
y el lugar que tienes que alcanzar
Nunca domes tus demonios

mantenlos atados

Con 16 mis sentidos me volvieron loco
creía que la gasolina estaba en mi ropa
supe que siempre que algo me dirigiría
y supe que ese olor era sólo mío

(Estribillo)
Todo lo que tienes es tu fuego
y el lugar que tienes que alcanzar
Nunca domes tus demonios
mantenlos atados

De mayor pensé que acabaría

cuando conocí el dolor del amor
pero mis pedazos siempre dependían
de las cenizas en mi camino.

(Estribillo)

Todo lo que tienes es tu fuego
y el lugar que tienes que alcanzar
Nunca domes tus demonios
mantenlos atados

 

BRUCE SPRINGSTEEN: «MY FATHER’S HOUSE»

bruce 2

Tras «Out Among the Stars» de Johnny Cash y «Nobody Knows His Name» de John Hiatt vamos a hablar de otro de los grandes: Bruce Springsteen, que no es para mí un artista cualquiera. Me ha influido más que ninguna otra persona, quizá porque lo escuché desde mi adolescencia.

En primer lugar, por estudiar inglés para entender sus canciones y por el que terminé teniendo acento americano sin haber pisado Estados Unidos. Más tarde, sus letras y el revival patriotero que Reagan hizo de «Born in the USA» me llevaron a replantearme qué sucedió en Vietnam y estructuré mi tesis doctoral alrededor de ese conflicto, aunque estudié la novela chicana para ello.

Y, por último, y no menos importante, sus letras hablaban de lo que ahora sé que se llama working class, la clase trabajadora, los curritos que diríamos en España. Los perdedores en sentido calvinista, los millones de pobres que mal viven en la tierra de las oportunidades edificada sobre una masacre. Despertó mi sentido crítico y asentó lo que luego he buscado en tantos escritores que hablan de las personas invisibles.

Podría seguir horas hablando del Boss, pero hoy os quiero dejar una muestra, probablemente de su último gran LP. Lo que hace últimamente no me gusta mucho porque ya no ha vuelto a sacar un acústico como Nebraska, álbum al que pertenece «La casa de mi padre /My Father’s House». Es una canción lejos de la verborrea de sus primeros trabajos (mis favoritos) y de las melifluas canciones actuales. Para todos los que creais que su sonido es un exceso, volved los ojos a sus letras. Ésta no es ni su mejor canción ni mi favorita, pero cuenta la historia de un chico que va a buscar a su padre, a sí mismo, va en busca de perdón, de la expiación, con un gran lirismo. Dice sin decir lo que nos faltó contar a esa persona que queríamos a pesar de todo. Las relaciones familiares, el dolor de las ausencias, las separaciones, la ira y el dolor expresado en una casa como metáfora, el símbolo de nuestra propia decadencia.

My Father’s House

Bruce Springsteen. Nebraska

Last night i dreamed that i was a child
Out where the pines grow wild and tall
I was trying to make it home through the forest
Before the darkness falls

I heard the wind rustling through the trees
And ghostly voices rose from the fields
I ran with my heart pounding down that broken path
With the devil snappin’ at my heels

I broke through the trees, and there in the night
My father’s house stood shining hard and bright
The branches and brambles tore my clothes and scratched my arms
But i ran till i fell, shaking in his arms

I awoke and i imagined the hard things that pulled us apart
Will never again, sir, tear us from each other’s hearts
I got dressed, and to that house i did ride
From out on the road, i could see its windows shining in light

I walked up the steps and stood on the porch
A woman i didn’t recognize came and spoke to me through a chained door
I told her my story, and who i’d come for
She said «i’m sorry, son, but no one by that name lives here anymore»

My father’s house shines hard and bright
It stands like a beacon calling me in the night
Calling and calling, so cold and alone
Shining `cross this dark highway where our sins lie unatoned

La traducción es de Alberto Manzano, Robert Manheimer y Robert Long.

La casa de mi padre

Anoche soñé que yo era un niño
allí donde los pinos crecen libres y altos
antes de que cayera la oscuridad

Oía el viento susurrando entre los árboles y voces espectrales surgiendo de los campos
Corriendo por ese accidentado camino con el corazón golpeándome
 y el diablo mordiéndome los talones

Me abrí paso entre los árboles y allí en la noche
estaba la casa de mi padre estaba brillando con fuerza, las ramas y las zarzas desgarraban mi ropa y arañaban mis brazos
Pero corrí hasta que caí temblando en sus brazos

Me desperté pensando que las duras cosas que nos separaban
no volverían a desgarrar nunca más nuestros corazones
Me vestí y cogí el coche hacia esa casa desde la carretera vi las luces brillando en las ventanas

Subí la escalera y esperé en el portal una mujer a la que no reconocí salió y me habló a través de la puerta encadenada
le conté mi historia y por quién estaba allí
me dijo: «lo siento, hijo, pero nadie con ese nombre vive ya aquí»

La casa de mi padre brilla con fuerza  permanece como un faro llamándome en la noche    llamándome y llamándome, tan fría y solitaria brillando al otro lado de esta oscura autopista donde nuestros pecados yacen sin expirar.

 

HEINRICH BÖLL: LOS SILENCIOS DEL DR. MURKE

boll

Heinrich Böll (Colonia 1917-1985) es mi autor favorito. Hay otros, por supuesto, ahora me vienen a la cabeza unos cuantos: Raymond Carver y  Anton Chéjov. (Todo el mundo dice estos nombres, muchas veces sin conocimiento). John Fante, Alistair Macleod y John Cheever. (Mis infinitas reverencias). Miguel Delibes, Jesús Ferrero, Alfredo Conde e Ignacio Vidal-Folch (increíbles…no suficientemente reconocidos). Yasunari Kawabata y James Joyce (tan personales). Hay más, habrá muchos más, pero esto es como los amantes, siempre hay alguien especial, más especial.

Böll consiguó el Premio Nobel de Literatura en 1972, en mi opinión, uno de los que se lo merecen. Por mí, como si no hubiera ganado ni un concurso de rimas en su pueblo, pero así puedo encontrar su obra completa.  Era católico, a veces un poco pesado con la religión, pero es que era de otra época, es que las guerras mundiales no daban tiempo a las personas para saber quién tenía el palito de selfie más largo. No había tiempo, las personas, no los personajes que creamos en las redes sociales, tenían hambre, frío y necesidades más evidentes que mirarse el ombligo. Ahora también, quizá, más, pero mentimos de otra manera. Ahora los jóvenes judíos se hacen fotos en los campos de concentración. Böll luchaba contra las contaminaciones ideológicas que dieran lugar a otra catástrofe como el régimen hitleriano. Böll tenía un deber moral con la sociedad. Retrata esa sociedad y lo más detestable de esa sociedad con una naturalidad que duele. Es dulce y, a la vez, despiadado. No es un charlatán, no es un predicador, es un mago al que no le gustan los trucos.

Os iré hablando de sus obras, como Opiniones de un payaso, El honor perdido de Katharina Blum, Billar a las nueve y media, Retrato de grupo con señora… es decir, todas. Es mi autor favorito, ¿os lo había dicho? Pero hoy quería hablaros de Los silencios del Dr. Murke, una de las obras qué más ha influido en mi nuevo proyecto junto a masLucena, que dentro de poco podréis degustar. Los silencios del Dr. Murke son relatos de corte absurdo, satírico y sarcástico. Analizan el pasado de Alemania, el milagro económico, la soledad, los usos y costumbres, que el fin no justifica los medios o la frontera de la cordura y el desequilibrio mental.

Cuando termino un libro de Böll siempre querría haberlo escrito. Como siempre os digo si queréis pasar el rato, si sólo queréis leer para pasar el rato, no léais ninguno de los autores que os he mencionado. A Böll menos que ningún otro.

 

 

 

JOHN HIATT: «NOBODY KNEW HIS NAME»

hiatt

Continuamos con la estela de canciones que, en mi opinión, deberían aparecer en compilaciones de grandes relatos. Tras Johnny Cash y «Out Among the Stars», hoy le toca el turno a John Hiatt. Qué grande es. He escogido mi canción favorita del ábum Terms of My Surrender: «Nobody Knew His Name», nadie sabía su nombre. Con el título en pasado ya os podéis imaginar que esto no acaba bien. Hiatt establece un diálogo y nos cuenta la historia a pedazos (lo que en narrativa se llama fragmentarismo) de un hombre anónimo, ya destrozado desde que fue a Vietnam, cuyas heridas no han terminado de cicatrizar y que acaba de perder a su amor. Se busca la vida, para lo que se nos dan pinceladas de trapicheos ¿peleas de perros?, borracheras de whiskey y la soledad de una carretera vacía. No faltan el Cadillac o el sheriff y, no obstante, me he visto incapaz de traducir el lirismo de una letra excepcional. Hiatt ha retratado en cuatro minutos lo que tantos escritorzuchos han intentado al hablar del sueño americano, de la esperanza rota y de las vidas de los que están al margen de la sociedad, a través de un veterano y de todos los clichés que nos han proporcionado otras tantas películas. Y, sin embargo, es tan honesto que abruma. Como si hubiera escrito la historia de alguien cercano. Tan cercano, como si hubiera descrito la vida de cualquiera de las personas rotas por esta crisis, salvando las distancias.

Os dejo mi traducción y más abajo la letra original.

Mi traducción:

Había un hombre en un Cadillac que solía pasarse por aquí

en busca de un tren largo y negro

dijo que su chica se había ido de la ciudad con un ingeniero
ataja la lluvia de medianoche, chicos
atraviesa la lluvia de medianoche

Todo el mundo dijo que había estado en Vietnam
cuando era muy joven
donde su colega se mató al encasquillarse el rifle
la pelea nunca acaba, chicos
la pelea nunca acaba

Estribillo:

Brilla roja la punta del cigarro
las ventanillas compiten con la lluvia
la noche es tan oscura que no se ve nada más
nadie sabía su nombre, chicos
nadie sabía su nombre

El sheriff le echaba de vez en cuando
pero él volvería
con una taza de café y sus viejos ojos de periódico
sentado junto a las vías del tren, chicos
llorando junto a las vías del tren

Intentaría no tirar las mesas
los caballos caminan a las afueras de Suffolk Downs
pero siempre había algo de whiskey en los establos
si sabías dónde buscar, chicos
si sabías dónde buscar

Estribillo

Pizza y cerveza en Waterfront Park
incapacitar perros para la clientela
algo diferente para cada uno, no importaba quién ganara
alguien le aconsejaría bien, chicos
alguien le aconsejaría bien

Le encontraron en su Cadillac
detrás del viejo almacén
estaba sentado como si fuera a ir a alguna parte
y no iba a volver, chicos

no iba a volver.

LYRICS:

There was a man in the Cadillac used to come around here
Looking for a long black train
Said his baby left town with the engineer
Cut across the midnight rain, boys
Straight across the midnight rain

Everybody said he’d been in Vietnam
When he was pretty young
That’s where his buddy got killed when his rifle jammed
Fightin’ ain’t never done, boys
Fightin’ ain’t never done

Chorus:
Red tip of a cigarette glowin’
Windows up against the rain
Night so dark there was nothin’ else showin’
Nobody knew his name, boys
Nobody knew his name

Sheriff run him off every once and awhile
But he would be right back
With a cup of coffee and old newspaper eyes
Sittin’ by the side of the tracks, boys
Cryin’ by the side of the tracks

He’d try to keep from turnin’ the tables
Hot walkin’ horses out at Suffolk Downs
But there was always some whiskey back at the stables
If you knew where to look around, boys
If you knew where to look around

Chorus

Slingin’ pizza and beer down at Waterfront Park
Handicappin’ dogs for the clientele
A different pick for each one, it didn’t matter who won
Somebody gonna tip him well, boys
Somebody gonna tip him well

They found him in his Cadillac car
Out behind the old farm store
He was sittin’ there like he was goin’ somewhere
And he wasn’t comin’ back no more, boys
He wasn’t comin’ back no more

AKUTAGAWA RYUNOSUKE: VIDA DE UN IDIOTA Y OTRAS CONFESIONES

akutagawa ryunosuke

«Es que no hay nadie que me haga el favor de venir y estrangularme silenciosamente mientras duermo?». Si creéis que este pensamiento es excesivo para los primeros días del año nuevo, esos momentos tan tiernos en los que creemos que vamos a cambiar en algo o que, al menos, se da la posibilidad de que sucedan cosas positivas, no leáis este libro. Como odio estas fechas, lo acabo de terminar. El prólogo de Carlos Rubio es excepcional, pero os aconsejo que lo leáis después. No hace falta tanta explicación para el desgarrador miedo a la locura. Sufría de alucinaciones, paranoias, era neurasténico e insomne y se suicidó tomando una dosis letal de Veronal (1892-1927).

Su angustia quedó plasmada en los relatos, autobiográficos, de este volumen. Al principio su prosa resulta despegada, como si nos mirara por encima del hombro y resulta algo engreído. Poco a poco, vemos cómo se apodera de él el miedo y, sobre todo, la vergüenza que siente por ser hijo de una demente, por su propia locura y nos lo intenta explicar, con una sinceridad abrumadora, para lo que baja de su pedestal. Somos los confidentes de sus visiones, de sus pensamientos más extremos.
El hecho de que no tolerara la luz del sol podemos tomarlo como una metáfora, ya que dejó de soportar la vida e intenta acercarnos a las simples y tristemente complejas explicaciones de un suicida. Es un libro que considero imprescindible siendo, como soy, una admiradora de la literatura japonesa. Encuentro, una relación con Kenzaburo Oe (os dejo un enlace a una de mis entradas) y el reflejo en papel de las visiones propias de la demencia.
Vida de un idiota y otras confesiones es un libro meláncolico que bebe de Goethe, Anatole France o Strindberg, los ídolos del autor y, sobre todo, del Raskolnikov de Dostoievski. Sin embargo, Ryunosuke no había cometido más crimen que llevar la locura en sus genes pero, claro, no siempre hay un porqué para morir, como tampoco lo hay siempre para vivir.

MIJAÍL BULGÁKOV: MORFINA

bulgakov

Bulgákov (Kiev 1891- Moscú 1940). Estudió medicina y trabajó como médico rural.  Las inseguridades de un médico joven salen a la luz desde el punto de vista de un hombre que quiere hacer las cosas lo mejor posible para que nadie muera por sus errores. Los cuentos describen, sin autosuficiencia, la situación, lamentable, de los campesinos (los mujiks), la pobreza, el frío y la ignorancia, el tifus y la sífilis. Era 1917 pero la Revolución no llega a todos los puntos de la estepa.

Desde 1921 se instaló en Moscú y colaboró en  numerosos periódicos y revistas. Para entonces, ya había dejado su adicción a la morfina. Este libro de relatos toma el título del último, supongo que porque se te clava como una aguja y se te queda ahí colgando cuando lo terminas. A pesar de que todo el libro está escrito en primera persona, en «Morfina» utiliza la táctica de la lectura de un diario, de un compañero de universidad quien, abandonado por su amor, se abandona a una adicción. La decadencia física y la moral van de la mano y no se olvida de personas que quieren ayudarle, pero el veneno es demasiado fuerte o sus fuerzas son demasiado escasas. Yo creo que quien más quien menos, todos los que han creído alguna vez que no caerían en esas garras deberían leer este cuento (y todos los demás). Porque del mismo modo que no quiere que ninguna parturienta muera por su torpeza, tampoco quiere que nadie se acerque a la morfina, sin saber lo que hay dentro de los cristales que te consumen y que te hacen olvidar que alguien te quiso una vez.

Os dejo un vídeo realizado por otro maestro,  Alberto García-Alix,  que nos intentaba explicar con sus propias imágenes y palabras la heroína, «el limbo que antecede al infierno». Mientras leía lloraba.

 

CHARLES BUKOWSKI: FACTOTUM

bukowski

Este libro podría haberse titulado Bebamos y follemos que mañana escribiremos, pero a Bukowski se le ocurrió, de hecho, (in fact) titularlo Factotum. Un conjunto de hechos indescriptibles sobre cómo transcurrió su juventud o la de su alter ego, Henry Chinaski, de un empleo a otro, de una mujer a otra, de una botella a unas cuantas más. Qué puedo decir, me he reído a carcajadas con algunos episodios como el de las ladillas…qué gran metáfora, ver cómo se van las malas personas y la mugre de nuestras vidas por el sumidero de la bañera, como las ladillas que Bukowski fue acumulando de ciudad en ciudad. Y, sin embargo, qué amabilidad la suya con todo y todos los que va encontrando a su paso. Ni asomo de la profundidad de Arturo Bandini (alter ego de John Fante), nada de cómo se convierte en escritor ni por qué piensa que lo es. Sólo la música clásica, Mahler o Tchaikovsky en polvos sin fin, que con ese nivel de alcohol uno piensa que no son posibles, que son tan inventados como el humor que rodea a este autor irreverente, irónico, sin llegar al sarcasmo. No hay amargura en sus libros. Es como si quisiera preservarnos de lo malo de la vida. Nos lo muestra, sí, se ríe de nuestras convenciones, de nuestros prejuicios, de lo políticamente correcto, pero se queda a años luz de nosotros, a los que dirige sus libros. Bukowski digiere la basura y la regurgita de esa forma amable de la que hablaba, y todo sin eufemismos. Casi imposible.

Yo leí a Bukowski muy joven y entonces me quede en lo superficial. Años más tarde me he encontrado un autor que también se queda en lo superficial, porque lo que hay al fondo de la botella no es apto para todos los públicos. Uno debe de odiarse mucho para beber tanto, para perderse en mujeres tristes y tan alcoholizadas como él y, sin embargo, nos debe de querer mucho para no permitir que nos hundamos con él en esa basura de existencia. Sus obras me parecen un aviso a navegantes, porque en esta vida hay más mierda de la que cabe en un conjunto de hechos.

LOS QUE SOBREVIVEN NUNCA SON LOS MISMOS: CRÍTICA DE ELENA ARIÑO LECINA

1480775_10152141266801742_28978495_n

Elena Ariño Lecina es es orientadora sociolaboral, formadora, bloguera y una de esas pocas personas que te encuentras en la vida: positiva, luchadora, siempre abierta a aprender y emprender nuevos proyectos y a ayudar a los demás. Desde su blog Plan de empleo siempre tiene palabras de ánimo, consejos útiles y collejas si pensamos que sólo los enchufes pueden salvarnos. Aún no tengo el placer de conocer a Elena personalmente, pero a través de LinkedIn encontramos un canal común por el que nos hemos comunicado y aprendido. Así ha llegado Elena a conocer mi libro de relatos LOS QUE SOBREVIVEN NUNCA SON LOS MISMOS. Lo que no sé es si merezco esas palabras. Sólo quiero agradecérselas de corazón, porque son las palabras de alguien que ha leído el libro como yo lo escribí. Haber conseguido mi propósito me llena de orgullo. Espero no tener que tragármelo porque ya estoy acabando mi próximo proyecto. Tengo la esperanza de no decepcionaros. Gracias por estar ahí ❤

10151059_628363993911677_1361723900_n portada

«Realidad. Los relatos que Berta Delgado Melgosa nos lanza a la cara son raciones de realidad, claros, directos, perfectos. De una belleza fría, que nos traspasa, que nos sorprende, pues aunque no lo parezcan, aunque cuando empiezan simulan ser un relato con final feliz, no lo son. Son realidad, la realidad nada bondadosa, nada engañosa, la que nos pasa a todos, a nuestros amigos, a nuestros vecinos, a nuestra familia.

Los relatos que Berta nos muestra como una ventana a la vida de los otros (o de nosotros) son una colección de perlas. Desde «Las golondrinas no entienden de sarcasmos» o de la metáfora del calamar y el tiburón hasta «Rusia será hermosa» o de cómo la adaptación de un libro es una alegoría en sí misma, todos y cada uno de ellos nos muestran lo (in)esperado al levantar la cubierta. Con una redacción cuidada, directa, suave en ocasiones, alegórica en muchas y sincera siempre, nos asomamos a unas vidas complejas, a unos personajes intrincados y a unas historias con un aire taciturno pero que, sorprendentemente, pueden llegar a tener un toque de luminosidad, pero siempre con cierto sarcasmo sutil que sobrevuela en todos y cada uno de los relatos.

Los que sobreviven nunca son los mismos es un libro de la realidad, es un cúmulo de vidas recogidas en forma de relatos en los cual puedes verte reflejado, o a cualquier persona de tu entorno más cercano. Y ahí es donde radica la auténtica belleza del libro, esa capacidad de tornar la realidad en algo inesperado. Los que sobreviven… es un ensayo de la vida redactado con agilidad, afilado a la vez que resplandeciente… de los que dejan huella.»

Elena Ariño Lecina

JOHN FANTE: ESPERA LA PRIMAVERA, BANDINI

fante

 

Es posible que esté haciendome mayor sin darme apenas cuenta y que olvidara dejaros el enlace a mi crítica de una de mis novelas favoritas de John Fante: Espera la primavera, Bandini, que he escrito para la revista de información cultural en internet Culturamas. Pero lo soluciono rápido.

Feliz lunes

Hay quien considera a John Fante (1909-1983) precursor de Bukowski. Error. Eso sería como decir que Fante hizo lo que mismo que foto-john-fante-scrittoreBukowski pero antes. No. Fante hacía lo que le daba la gana y lo hacía tan bien que ha hecho tambalear el trono en el que tengo a Raymond Carver. Bukowski no cabe por esa puerta. Sí es correcto admitir que lo recuperó, para que todos podamos disfrutar de sus obras que, en su época, no fueron entendidas en su amplitud y totalidad. Su estilo íntimo es casi imposible de imitar sin ruborizarse. Con un ritmo frenético, las palabras sencillas se suceden en busca de una descripción de su época. Incisivo, sarcástico y mordaz, hace un retrato de la vida americana, de los emigrantes italianos y de los que no son emigrantes italianos con un humor negro y tierno a la vez.

A caballo entre la autobiografía y la novela, la saga de Arturo Bandini, su alter ego,41j7KnvdNaL._SY344_BO1,204,203,200_ es imprescindible. En Espera la primavera, Bandini, nos encontramos en la Gran Depresión. El autor nos presenta las duras condiciones de vida narradas por un adolescente contradictorio y egoísta, muestra las difíciles relaciones familiares insertas en un marco de machismo, pobreza y religiosidad. El hecho de que la acción transcurra en Colorado, en pleno invierno, sólo dificulta ese viaje de Arturo hacia una metafórica primavera donde todo ocurrirá como él siempre ha soñado. Que su padre sea un borracho y que se vaya a vivir con una viuda rica puede que afecte, en cierto modo, a la visión de la masculinidad que, como adolescente, está viviendo y, aunque le cansa la actitud airada y depresiva de la madre, no es un mal chico e intenta sobrellevar como puede la vida familiar que huele a hambre, orgullo y derrota.

Fante es como los besos amargos porque es tan triste que te hace reír y, luego, te parte el corazón, pero siempre deja ese resquicio para que podamos esperar la primavera, luchar como el propio Arturo y sentir el aliento de la esperanza, a pesar de todo.

bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤