YASUNARI KAWABATA: HISTORIAS DE LA PALMA DE LA MANO

kawabata

 

Con toda seguridad, Yasunari Kawabata es uno de mis referentes. Sus narraciones consiguen una mezcla de emociones que van desde el estremecimiento, la tristeza y el asco al miedo. Miedo de lo que el ser humano es capaz, de lo que se esconde en los entresijos de cada uno. Huérfano, insomne, cineasta en su juventud, fue amigo de Yukio Mishima y Premio Nobel en 1968. La soledad, el erotismo y la muerte son, quizás, los ejes que gobiernan el mundo de sus personajes, junto con la dulzura y la profunda comprensión del mundo que escondemos tras las apariencias. Aunque La casa de las bellas durmientes me causó una profunda impresión, no es una obra que pueda agradar a tod@s, así que os presento Historias de la palma de la mano. Son 146 relatos, muy breves, escritos entre 1921 y 1972. «Muchos escritores, en su juventud, escriben poesía. Yo, en lugar de poesía, escribí los relatos que caben en la palma de la mano. […] El espíritu poético de mi juventud vive en ellos.»

En este volumen encontramos una selección de 70 relatos que nos sumerjen en un mundo de símbolos escondidos en objetos cotidianos. De héroes que desaparecen en el anonimato, de la delicadeza de las pequeñas cosas y de la belleza del mundo natural no estropeado aún por el hombre. A veces sus relatos esconden fábulas y lecciones para lo que podría ser un mundo mejor. Pero, mientras ese mundo llega, podemos disfrutar de la dureza de sus hermosas palabras.

 

JOHNNY CASH: «OUT AMONG THE STARS»

cash

 

Bob Dylan, Tom Waits, John Hiatt o Bruce Springsteen recogen el testigo de Woody Guthrie, que cantaba a la América profunda y beben de los grandes autores como Dylan Thomas o John Steinbeck. Todo y todos estamos en sus canciones porque un artista sólo absorbe la realidad y la explica, la canta, la grita para que no cerremos los ojos y lloremos si lo tenemos a bien. Hoy inicio una serie de hermosas canciones que son grandes historias. Empezamos con Johnny Cash y Out Among the Stars (Allá entre las estrellas) donde están reunidas las características de un relato breve, sólo una de tantas razones por las que creo que en esta canción, que parece una tonta canción country, vemos el reflejo del ser humano, lo que no es patrimonio exclusivo de la literatura.

Out Among the Stars tiene la atmósfera y el ritmo de una película del oeste donde el solitario cowboy cruza la llanura sabiendo que va hacia la muerte. El terrible sheriff espera para darle su merecido porque el salvaje oeste no es tierra para hombres débiles, lo que es, en realidad, un perdedor. Texas podía ser la tierra de las oportunidades pero no hay trabajo y el acceso a las armas es fácil. La ira y la angustia han hecho presa de este joven que va al encuentro de una muerte anunciada donde son tan perdedores como él los que acabarán con su vida. Todos tenemos nuestra carga y nuestras cicatrices y sólo parece que se sientan más fuertes estos agentes de la ley por el poder de las armas. La canción cambia de tono cuando el chico muere y Cash describe la situación. En la ciudad no se habla de otra cosa y las noticias dan detalles escabrosos, suponemos. Su padre dice que no superará la vergüenza. Ni siquiera después de muerto encuentra comprensión mientras el alegre estribillo repite que estamos cansados de llevar nuestra cruz y nuestro calvario y el autor se pregunta si no cambiaríamos las cosas si pudiéramos, si no nos gustaría a todos volar como las águilas, allá entre las estrellas.

Os dejo mi traducción:

Es medianoche en una tienda de licores en Texas
Hora de cierre, otro día se ha ido
Entonces, un chico entra por la puerta y apunta con una pistola
No puede encontrar un trabajo pero, Señor,  ha encontrado un arma

lo hace sin rastro de confrontación
y deja al viejo correr hacia la calle
Aunque sabe que vendrán y abrirán fuego
ya siente un gran alivio

¡Cuántos viajeros se cansan
de llevar su carga y sus cicatrices!
¿No crees que les encantaría empezar de nuevo
y volar como las águilas allá entre las estrellas?

Fotografía la llegada de los cruzados
Ve la ira, tan familiar, en sus ojos
Sabe que cuando estén disparando a este perdedor
estarán apuntando a sus propios demonios

¡Cuántos viajeros se cansan
de llevar su carga y sus cicatrices!
¿No crees que les encantaría empezar de nuevo
y volar como las águilas allá entre las estrellas?

 

Las noticias de la noche dan todos los detalles

Muere en cada sala de estar en la ciudad
En su propia casa se lanza con ira una botella
Y su padre grita: nunca superaremos esta vergüenza

¡Cuántos viajeros se cansan
de llevar su carga y sus cicatrices!
¿No crees que les encantaría empezar de nuevo
y volar como las águilas allá entre las estrellas?

Y volar como las águilas allá entre las estrellas

CARLOS PALANCO VÁZQUEZ: LAS TRES LLAVES

CARLOS PALANCO

Soy una viróloga frustrada y una psiquiatra frustrada o puede que frustrada a secas porque mi cerebro  no puede procesar ni entender, a partes iguales, la medicina y la literatura y eso me gustaría, pero uno tiene que ser consciente de sus limitaciones por lo que me he limitado a leer con gusto a grandes figuras de la medicina española como Ramón y Cajal, Gregorio Marañón o mi favorito Carlos Castilla del Pino,  estos últimos también académicos de la lengua. Cada uno, a su manera, tiene una visión del ser humano en su totalidad. Es decir, las personas no sólo son lo que son por fuera, lo que podemos ver todos, sino también los tejidos, las células, las neuronas y todas nuestras pequeñas miserias, que suelen estar muy adentro y nada mejor que el estudio de los personajes y las obras literarias para tratar de entender lo que somos y cómo somos, cosa que Freud (otro de mis favoritos) bordaba.

Carlos Palanco Vázquez, cardiólogo y autor de la novela Las tres llaves (ViveLibro, 2014) pertenece a esa familia de científicos que no se quieren alejar de los seres humanos cuando llegan a casa y nos ha dejado esta primera novela en la que nos ha dado su cosmovisión, con la que yo comulgo, aunque a veces sea tan tan difícil. Las tres llaves es una novela de aventuras con un misterio por resolver, que no os voy contar, claro. Carlos maneja perfectamente la trama y lleva al lector de la mano para que siga leyendo con buen ritmo, diálogos creíbles y personajes que cambian a medida que se suceden los acontecimientos. No descubro nada al deciros que escribir una novela es muy complejo pero que Carlos ha logrado dar con la conjunción de todas las claves para, además de conseguir manejar con precisión de cirujano los entresijos técnicos, meter una cuñita con su personalidad y la visión que tiene de la vida al mandarnos un mensaje que puede cambiar el mundo. Conozco perfectamente la distinción que se debe hacer entre autor y narrador. También sé que el autor no está en todos los personajes o en todas las frases, pero las primeras obras siempre llevan mucho de uno mismo, luego sólo se disimula mejor.

Marcos, el personaje aburrido, de rutinas y sin alicientes se convierte en un intrépido hombre que se come la vida mientras busca la verdad vital junto a María, que aparece por casualidad. Se le define como un personaje solitario, pero yo no estoy de acuerdo. Estar solo en un momento de tu vida no es ser solitario. La soledad no es desidia, ni apatía, ni desencanto por la vida, ni aburrimiento. Y no sabéis cuánto me alegro de que la definición de la novela no se ajuste con lo que yo pienso, porque la melancolía, algo similar a la tristeza, es un vicio (ahora no recuerdo quién lo definió así), es una especie de vacío o una oscuridad que diría Johnny Cash*. Es algo que uno siente o no, quizá un tipo de patología que muchas veces no se cura con amigos o amantes. Sólo se acentúa si esos amigos te faltan o desaparecen. Si oís la canción de Cash para algunos será aburridísima y a otros os pondrá los pelos de punta y os hará llorar.

Sin duda, es algo contra lo que hay que luchar, hay que esforzarse y hay que poner de tu parte, como nos explica el autor, para no vernos en esa situación. Aceptar los sinsabores, los tropiezos y volver a levantarse. Siempre es así y no hay muchas más opciones, porque siempre vale la pena algo en nuestra vida aunque hoy no sepamos verlo. Quizá yo he querido decir lo mismo en mi libro de relatos Los que sobreviven nunca son los mismos, pero desde ese otro lado que no todo el mundo descubre, menos mal. Carlos Palanco nos muestra el lado menos amargo de la vida, aunque sin enmascarar que somos los protagonistas de nuestra propia existencia y que no debemos echar las culpas a nadie. Mejor coger el toro por los cuernos que dejarnos desangrar poco a poco.

No obstante, espero mucho más de Carlos Palanco. Esta novela es sólo es principio de lo que el talento natural de Carlos, unido a una inmensa capacidad de trabajo y humildad pueden hacer. La sencillez que se respira en su novela no debe hacernos pensar que haberla escrito y escrito así de bien es fácil. La grandeza de los grandes es hacer fácil lo difícil, con palabras claras y sin vanagloriarse. Su afán de superación hará el resto y espero que podamos disfrutar sus nuevos retos literarios, muy pronto.

 

IMG_2372

 

* I See a Darkness, versión de Bonnie Prince Billy.