TERRY EAGLETON: CÓMO LEER LITERATURA

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Mi primer contacto con Eagleton fue a los 20 años. Tenía que leer un artículo suyo y escribir un ensayo que respondiera a la pregunta que el propio autor lanzaba: ¿qué es la literatura? Unos cuantos años más tarde sigo sin poder responder a dicha cuestión, aunque quizá tenga algo más claro que, a pesar de que las fronteras entre lo bueno, lo malo y lo menos malo son difusas, sí podemos responder con cierto criterio. La crítica literaria tiene el poder de desgajar los textos de manera que al dejarlos desnudos veamos lo que nos muestran y dar una visión con impertinencia y sentido del humor que es lo que hace Eagleton con maestría. Lo que ocurre es cuando uno se adentra, aunque sea de refilón, en los entresijos literarios y se convierte en autor, todo es más confuso aún y lo no literario parece ser lo que hacen los demás.

En aquel momento, mi ensayo giraba entorno a que lo que no vende es malo, lo que no está publicado también y que, como decía Juan José Millás, «es mejor no arriesgarse en lo que más se juega uno». Por aquel entonces me horrorizaba no saber distinguir el grano de la paja y escribir sólo para uno mismo. No obstante, aunque los estereotipos y las convenciones, los prejuicios y el marketing nos impongan sus leyes, como vimos con otro gran crítico como Harold Bloom, hay cuestiones que nos dan la pista sobre cómo leer y cómo descubrir, por tanto, la pasta de la que están hechas las obras. Obras que soportan mejor que otras la interpretación, en las que la calidad de la prosa o la poesía que pergeñan los autores acompañen a la lengua en la experiencia humana.

Eagleton es profesor de literatura inglesa en la Universidad de Lancaster, aunque se doctoró en Cambridge y ha dado clase en Oxford. Lo que hace especial el pensamiento Eagleton es la unión que hace en sus escritos de la teoría literaria, los estudios culturales, el marxismo y el psicoanálisis. Su visión está entre el realismo y la decepción porque, lo que Nietzsche llamaba «lectura lenta», no es que esté en decadencia sino en peligro de muerte. Su intención es la siguiente:

Lo que pretendo es proporcionar a lectores y estudiantes las herramientas básicas del oficio crítico, sin las cuales difícilmente podríamos ocuparnos de otros aspectos. Durante el proceso espero demostrar que el análisis crítico puede ser divertido y contribuir con ello, además, a contradecir el mito que nos presenta el análisis como enemigo del placer de la lectura.

Cómo leer literatura es un libro que uno disfruta, incluso a carcajadas, y en el que se descubre que no hay una única interpretación. Lo que hace que un texto funcione es que el lector formule suposiciones de manera continua y, del mismo modo, que las obras sugieran actitudes a los lectores. Sin embargo, nada es inmutable. Lo que ahora consideramos inmortal puede dejar de serlo en el futuro, pero quizá no sea eso lo que deba preocuparnos. Todas las interpretaciones son parciales y provisionales, nos dice Eagleton. El valor se ha medido a lo largo del tiempo con respuestas tales como […] «la verosimilitud, la unidad formal, el atractivo universal, la complejidad moral, la inventiva verbal, la visión imaginativa […]». Otros conceptos han sido la originalidad o que la obra   pueda crear nuevos significados a lo largo del tiempo y todas estas cuestiones son válidas.

El problema es que si no nos paramos a leer con atención y conocemos parte de la historia de la humanidad a través de sus obras literarias no vamos a tener la habilidad, no de saber si algo es literario o no, sino que seremos incapaces de comprender la profundidad del pensamiento humano, porque muchas de sus expresiones literarias empiezan a ser intrascendentes y nadie parece darse cuenta. Nos estamos convirtiendo en estúpidos egocéntricos en busca del placer inmediato y hablo tanto de lectores como autores. Eso que llamamos «el placer de la lectura» no está reñido con una lectura analítica, por lo que conocer aspectos formales nos permitirá acercarnos a la tradición literaria, además de proporcionarnos las herramientas para entender mejor la literatura y el mundo.

¿Qué pensáis? bertadelgadomelgosa @gmail.com ❤

P.D. Aún puedes apuntarte a mi taller online de crítica literaria en Culturamas.

¿QUÉ ES UN MONÓLOGO INTERIOR?

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Bueno, ya llevamos juntos un tiempo y no sé si tod@s tenemos claro qué es un monólogo interior más allá de lo que significan ambas palabras por separado. Pues bien, ser trata de una técnica de narrativa por la que el personaje se expresa sin mediación del narrador y sirve para conocer de primera mano los pensamientos más íntimos de dicho personaje. Esto que ahora nos parece tan normal fue una auténtica revolución en la narrativa allá en el siglo pasado, la expresión máxima de la subjetividad, motivo por el cual me pareció muy adecuado para mi blog de crítica literaria en la que os cuento qué me parecen distintas obras según mi parecer.

Al monólogo interior también se le denomina corriente de conciencia o stream of consciousness y se estudia dentro del discurso narrativo que no es algo tan simple como pueda parecer. Hay mucho más que quién habla y cómo. Planteamientos hay muchos y desde distintas perspectivas. El monólogo interior verbaliza desde el yo y junto al estilo indirecto libre es una absoluta innovación ya que el narrador pierde protagonismo. Sin embargo, el monólogo interior, a pesar de algunas similitudes, es diferente y sus funciones son la de facilitar el acceso a la conciencia del personaje y permitir su introspección y caracterización.

El monólogo interior comenzó a utilizarse sobre todo en las últimas décadas del siglo XIX y se consolidó en el XX con autores como H. James, V. Woolf, A. Camus, W. Faulkner y J. Joyce en especial. El primer formulador en el plano teórico fue E. Dujardin. Si queréis u os interesa ahondar en estas cuestiones, que hay que tener en cuenta a la hora de hacer una crítica, os indico un par de referencias bibliográficas (aunque podéis ir siempre a G. Genette) y dos textos, uno del maravilloso Faulkner, Mientras agonizo y un trocito de la increíble novela de Miguel Delibes Cinco horas con Mario. A ver que me contáis. bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

*A. Amorós, Introducción a la novela contemporánea, Madrid, Cátedra, 1981.

**A. Garrido Domínguez, El texto narrativo, Madrid, Síntesis, 1993

WILLIAM FAUKNER MIENTRAS AGONIZO

«Por qué se tiene que quedar ahí fuera, justo debajo de la ventana, clavando y serrando esa maldita caja. En donde ella le vea. Donde cada bocanada que ella expire esté llena de su martillear y serrar. Donde ella pueda verle diciendo: mira. Mira qué buena es la que te estoy haciendo. Yo ya le dije que se fuera a cualquier otro sitio. Le dije: Santo Dios, ¿es que quieres verla dentro de ella?».

MIGUEL DELIBES CINCO HORAS CON MARIO

«Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas que hunden a los hombres en la perdición y la ruina, porque la raíz de todos los males es la avaricia, y por eso mismo me será muy difícil perdonarte, cariño, por mil años que viva, el que me quitases el capricho del coche. Comprendo que a poco de casarnos eso era un lujo, pero hoy un Seiscientos lo tiene todo el mundo, Mario, hasta las porteras si me apuras, que a la vista está.»