Sé lo que estáis pensando, pero estoy aquí para hablar de SU libro, Las ninfas, Premio Nadal (1975). Umbral era todo un personaje (Madrid 1932-2007), de esos cuyo ego parece más grande que su obra, pero es que era un gran intelectual, poeta, periodista, novelista, biógrafo y ensayista, uno intraducible, con un dominio impresionante de la lengua, un gran sentido del humor y un cinismo que me encanta. Tras la muerte de su hijo cambió su carácter, se volvió polémico, arrogante y se enemistó con distintas personas. No es una justificación, sólo es la vida llena de podredumbre.
Acabo de leer una crítica de esta novela que se describe como «fresca y sugerente». A mí esas palabras me recuerdan a un anuncio de colonia. Desde luego es una novela magistral, narrada por un adolescente, sus ojos son nuevos pero ven una sociedad ajada a su alrededor, incluso en otros jóvenes de su edad, lo que delata una gran introspección y madurez. Nos muestra la incomunicación en personas que se conocen, lo que parece que somos y lo que los demás piensan que somos. La vulgaridad y mediocridad de una ciudad de provincias las podemos oler a través de las palabras de un adolescente que está a punto de dejar de serlo, un aprendiz de periodista que comenzará un viaje hacia una nueva vida, una más grande en una ciudad más grande. El inicio de un posible bildungsroman que no parece que le lleve al aprendizaje sino, más bien hacia el esceptismo, el cinismo y la indiferencia, porque el chaval apunta maneras. El despertar del sexo, las convenciones sociales, las apariencias, el acuerdo tácito entre clases y el orden establecido, de todo esto habla justo el año que murió Franco. Y, además, contado con un lenguaje preciosista irónico y divertido. No, si al final voy a decir que es «fresca y sugerente». Leedla sin prejuicios. Una delicia.
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