Mis alumn@s escriben: La fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa

Yoko Ogawa

Fomentar el espíritu crítico en los talleristas o los alumnxs de mis cursos tiene muchas cosas buenas y una de ellas es que no me hacen ni caso. Por eso os voy a dejar una selección del trabajo final de las mejores críticas de mi último curso, del que estoy muy orgullosa ❤ Hoy le toca el turno a Maru y la novela de Yoko Ogawa, La fórmula favorita del profesor. Os dejo un enlace para que leáis mi opinión sobre esta famosa autora japonesa.

«Yoko Ogawa con esta novela alcanza la fama a nivel internacional. Con un estilo sencillo y gran acumulación de detalles, los personajes de esta historia no parecen saber por qué actúan como actúan, pasan del surrealismo a lo grotesco e introduce elementos humanistas. El profesor de matemáticas, que sufrió un accidente de coche con resultado de una limitación de su memoria a 80 minutos diarios, se ha convertido en una persona huraña que vive recluido en una vivienda situada en el garaje de la vivienda que es habitada por su cuñada, “la viuda” y es catalogado como persona difícil por las agencias de contratación de personal doméstico.

Su vida cambia cuando llega a su casa una nueva asistenta, madre soltera , que se siente sorprendida por la personalidad del profesor.Narrada en primera persona por la asistenta, nos va describiendo cómo transcurren las jornadas en casa del profesor para quien su única actividad es su participación en un concurso semanal de problemas matemáticos y su referencia continua a los números, la teoría de los números como la parte más hermosa y enigmática de las matemáticas. La belleza los números primos que inundan todos los sucesos de su cotidianidad consiguiendo que se incorporara en la vida de la asistenta y de su hijo Root formando parte de ellos. Yoko Owaba consigue el interés del lector por las leyes de los números, consiguiendo así que esta materia, un tanto ardúa , se convierta en algo atractivo.

La asistenta, mujer de gran inteligencia y empatía se enternece ante el estado del profesor e intenta que su vida sea más agradable y plena y decide que la presencia de su hijo en la casa, a quién el profesor conoce ya como Root (raíz cuadrada) va a resultar un estímulo para el profesor Tanto la asistenta como Root se ven absorbidos por los números y a partir de ese momento sus vidas experimentan un gran cambio, que no es entendido por la cuñada con el resultado de su salida de la casa. Las dificultades para la contratación de una nueva asistenta hacen que se reincorpore nuevamente iniciándose un proceso inaudito en la vida de los tres. El descubrimiento de la afición del profesor por el beisbol, su pasión por un jugador, Enatsu, un club y la infatigable asistenta en la búsqueda de elementos estimulantes para la vida del profesor dieron un giro en la vida de estas tres personas. Ogawa nos muestra un profesor con una gran ternura y entrega hacia Root que nos conmueve y como el afecto facilita la integración de «los diferentes”. Una bonita historia que nos hace pasar estupendos ratos y que nos permite congraciarnos con el género humano.»

 

Pd. 1 ¿Queréis leer alguno de mis libros? Poneos en contacto conmigo o a través de mi web bertadelgadomelgosa.com

Pd. 2 Podéis apuntaros a mis talleres de crítica literaria y autocorrección para narradores para Culturamas, visitad los enlaces

Pd. 3 También podéis apuntaros a mi taller online para ALEABilbao: Cómo interpretar lo que leemos: otra forma de entender la literatura.

Pd. 4. Podéis descargar Realidad Suficiente desde aquí, compilación gratuita de mis críticas.

KYOICHI KATAYAMA: EL AÑO DE SAEKO

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Cuando tenía 20 años vivía todavía en Burgos, estudiaba tercero de Filología Inglesa y mi asignatura favorita, que luego me llevaría a especializarme en literatura, crítica literaria, fue muy dura para casi todo el mundo. Sacamos buena nota sólo la empollona de la clase y yo, que nunca he sido tal cosa y confieso que lo viví con indignación. Teníamos que hacer un comentario de texto de un poema que no recuerdo, aplicando las teorías que habíamos visto durante el curso. Como os digo, no recuerdo de qué iba el poema, la cuestión es que cuando salimos del examen, la otra chica salió eufórica pero un poco nerviosa y me dijo: «¡vaya texto…era sobre el miembro ¿verdad?». A mí sólo se me ocurrió preguntar: «¿Qué miembro?». Y entonces caí. Se refería al miembro viril (esto dicho con su propio eufemismo que detesto como otros tantos), y al ver mis ojos como dos platos, salió disparada al despacho del profesor. Nunca sabré si su interpretación era acertada y la mía lo era menos, aunque la nota así lo reflejó, pero qué pena no haber tenido entonces, a los veinte, la mente de mis cuarenta.

Todo este preámbulo viene a que El año de Saeko de Kyoichi Katayama es una novela que está muy bien.  Se basa en la vida de Shun’ichi y Saeko, una pareja que se conoció cuando eran vecinos y él se enamoró del llanto nocturno de Saeko, que fue lo que me animó a comprar el libro. Luego Saeko acepta ser vientre de alquiler de su hermana y las cosas cambian. Está muy bien que la trama se retuerza, el tema es actual, los personajes tienen ese punto de indefinición, el lenguaje está bien escogido y toda la ristra de recomendaciones de taller para escribir un best seller están presentes. No tengo nada malo que decir de esta novela, salvo que por algo me la encuentro en todos los tenderetes de libros de ocasión. Es como si el escritor supiera lo que tiene que hacer para tener éxito y lo hace de un modo mecánico, sin sangre, que diríamos en España. No estoy diciendo que sea aburrida es sólo insustancial. Luego me he enterado de que el autor consiguió un gran reconocimiento tras su exitosa Un grito de amor desde el centro del mundo, de la que incluso se ha hecho una película de anime.

En resumen, ya sé que me repito, pero hay gente que quiere escribir y otros que son escritores y luego hay escritores que por bien que escriban no dicen gran cosa. También es cierto que cada lector debe hacer suya la obra, porque si sólo nos quedamos con una lectura amena y lo mejor que podemos decir es «se lee fácil», nos encontramos con una novela anodina, de estas de veranito, que tampoco está mal, pero no es lo suyo. Cuánto mejor, si al  lector se le va la pinza y empieza a hilar unas cosas con otras y ese u otro personaje le recuerda a su cuñada y además ve miembros o símbolos fálicos o yo que sé qué más. Nunca hay una única interpretación de las lecturas, pero de donde no hay no se puede sacar y entonces vas y te desprendes del libro sin remordimientos, que es lo que yo voy a hacer con éste en cuanto pueda.

pd.1. No se puede comparar, como sé que se ha hecho, con Yoko Ogawa, excelente autora japonesa con una prosa sensible y profunda que también vende millones de ejemplares. Os dejo una entrada que hice sobre ella.

pd.2. ¿Aún no os habéis apuntado a mi taller de crítica literaria para Culturamas? Cada vez quedan menos plazas. cursos@culturamas.com.

pd.3. OSTRANENIE es la lectura de verano que estábais esperando.

pd.4. A vuestra disposición bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

 

 

YOKO OGAWA Y HAYAO MIYAZAKI

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La escritora japonesa Yoko Ogawa se aleja (a Dios gracias) de es@s pesad@s escritores de best sellers y, aún así, todas sus novelas se convierten en un fenómeno de ventas. No es algo corriente, no obstante, encontrar una forma de escribir tan personal y tan dulce que haga que se disfrute cada palabra y guste a un público tan variado. En su biografía se nos cuenta que se inspira en clásicos como El Diario de Ana Frank o las obras de Kenzaburo Oé que ha dicho de ella lo siguiente: «Yoko Ogawa es capaz de dar expresión a los elementos más sutiles de la psicología humana en una prosa sutil pero penetrante.» A mí, sin embargo, sus obras me recuerdan a las películas de Hayao Miyazaki como La princesa Mononoke, Mi vecino Totoro, El viaje de Chihiro, la más famosa y mi favorita El castillo ambulante. Todas ellas tienen esa mezcla maravillosa de poesía, compasión, ternura y fábula que siento en las novelas de Ogawa, lo que no significa que su destreza no incluya el punto macabro y desasosegante de La residencia de estudiantes, hasta el momento, la obra que más me ha llegado, más por lo que sugiere que por lo que dice. Se la ha comparado con Alfred Hitchcock, incluso. Su estilo, puro y sencillo, da la sensación de que se ha escrito de una sola vez. Siempre delicada y sutil, sus temas son variados. Así, las matemáticas son la base de su novela más premiada, La fórmula favorita del profesor, una preciosa historia entre una madre soltera que va a trabajar a la casa de un huraño profesor de matemáticas enfermo cuya relación nos muestra cómo se entretejen nuestras vidas con las de los demás. No se trata de un libro para el que haga falta saber matemáticas sino poseer una mente abierta y curiosa. Hotel Iris tiene un contenido sexual más explícito y en Amores al margen, la protagonista oye en su cabeza extraños sonidos en su cabeza y terribles dolores al más mínimo ruido sin explicación médica.

Acercarse al universo de Yoko Ogawa hará que cuando estéis en vuestra librería favorita empecéis a leer y no alejéis el libro de vuestras manos. ¿Me lo contaréis?

bertadelgadomelgosa@gmail.com ❤

DORIS LESSING: HISTORIAS DE LONDRES

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Podría daros muchas y variadas razones para leer a Doris Lessing porque es, y no era, una gran escritora, pero sólo os voy a decir algo que siempre he pensado y que ella ya había puesto en palabras: los hombres y las mujeres no somos tan diferentes. Si nos empeñamos en las diferencias nunca veremos las semejanzas y en estas Historias de Londres podemos observar todo tipo de personajes en los que comprender la esencia humana. Este volumen encierra 18 cuentos sobre las relaciones de esos hombres y mujeres en un Londres fiero, diverso y lleno de matices. Historias de padres e hijos, de amigos, de desconocidos que vemos en la calle. Historias de pobreza y desesperación ambientadas en los oscuros años 80 del siglo pasado que bien podrían ser los que vivimos hoy en nuestro país. La decadencia moral y la ruina económica que soportan los mismos de siempre no sólo es una denuncia. En una urbe hay muchos habitantes tan culpables y tan inocentes, tan inconscientes como los gobernantes de que sus propios actos afectan a los que nos rodean. Muchas son historias duras, intemporales, escritas, sin embargo, desde la compasión y la dulzura. Me encanta Doris Lessing y otras escritoras como Herta Müller o Yoko Ogawa (de la que hablaremos pronto) porque escriben para todos los lectores que quieren acercarse a la esencia del ser humano, como decíamos, oscuro y terrible en tantas ocasiones, lo que no nos puede privar de retener en la memoria las buenas acciones que podemos llevar a cabo si nos lo proponemos. Alguien debería preocuparse por los seres al margen, parece querer decirnos Lessing, sin olvidar a todos los demás ciudadanos que no son meros comparsas, que deberían percibirse desde fuera. Están ahí aunque a veces sería mejor que no estuvieran.