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Siempre creo que tengo una deuda con respecto a los que me seguís del otro lado del charco, así que procuro salirme de eso que detesto que llamen «zona de confort» o dicho de otro modo, de los libros que suelo leer que tienden a ser de escritores europeos. Aunque esta teoría me suele parecer ridícula porque uno lee lo que le gusta a menos que le paguen o lea por leer. Eso de «leo todo lo que cae en mis manos» jamás lo he entendido porque en algún punto habrá que tener un criterio. Pues bien, en este caso, mi intención era ser un poco menos ignorante por lo que a literatura colombiana se refiere y he leído con gusto la primera novela de Tomás González.

No era necesario que nadie me dijera que sus primeros pasos como escritor fueron en la poesía. El lenguaje de esta novela es absolutamente impresionante, preciosista y exacto. Está tan cuidado que parece un enorme poema en prosa. No extraña que se le haya definido como «el secreto mejor guardado de la literatura colombiana» que algunos han dividido entre realismo mágico y sicarios y demás ralea.

La atmósfera es tan asfixiante como el calor del Caribe, un entorno cada vez más hostil con los personajes casi abandonados a su suerte, el sexo y la violencia. Aunque narrada con desapego, comienza tan apasionada como la esperanza por el cambio de vida que buscan los protagonistas, esperanza que van perdiendo a medida que se suceden las páginas. Sin embargo, la trama no me ha enganchado, así que a ratos me ha resultado aburrida y, por seguir los consejos de Pío Baroja, me he saltado las descripciones. Acción hay más bien poca y la mayor parte previsible. En cualquier caso, hablamos de su primera novela. Por ahora no puedo juzgar sus relatos y otras obras, pero sin duda volveré a González.

Pd. Contadme si salís de lo que os gusta leer o cualquier cosa en bertadelgadomelgosa@gmail.com. Os espero 🙂 Por cierto, podéis apuntaros a los talleres de Culturamas donde imparto el de crítica literaria.

8 comentarios en “TOMÁS GONZÁLEZ: PRIMERO ESTABA EL MAR

  1. Hola, Berta, aquí de nuevo. Es bueno abrirse a lo desconocido. La literatura colombiana está bien que sea muy famosa por Gabo, (que a mí no me convenció del todo, aunque reconozco su talla), pero todos debemos ser congruentes con el hecho de que un autor no es toda la literatura, y que ésta está viva y se hace todos los días. De manera que, con una óptica historicista (pero también centrada en los textos, en su lengua) parecida a la que tenía en la primera parte del siglo pasado Benedetto Croce, hasta es posible que la misma noción de «historia literaria» sea postiza, aunque de todos modos es útil. Entonces, es bueno saber de la existencia de Tomás González, que de seguro madurará como narrador. Y es muy atinado tu comentario sobre lo preciosista de su lenguaje. Me parece normal en un novelista incipiente. Quienes lean tus comentarios aprenderán también que un poeta, para volverse narrador, debe ampliar su repertorio de registros lingüísticos, entre otras materias. Abrazo desde México.

  2. Agustín, aquí decimos que tenemos «la suerte y la desgracia de haber tenido a Borges y a Cortázar», por los mismos motivos que bien describes con respecto a García Márquez. Pero como dices tú, Berta, bien vale meterse en obras nuevas y conocer autores que no opacan a otros, sino que traen lo propio y valen la pena. Gracias por la reseña; ya lo sumo a mi lista de autores por leer 🙂
    Abrazos!

  3. Muchas gracias por pasarte 🙂 es verdad, García Márquez no es santo de mi devoción…Creo que tuve sobredosis 🙂 de todas formas, prestaré más atención a la literatura colombiana. Tienen más cosas ricas que las arepas 🙂 un abrazo

  4. Hola Berta,

    Un librero de Bogotá me dijo una vez que: «En Colombia tenemos la suerte y la desgracia de tener a García Márquez. La suerte porque es un gran escritor y la desgracia porque no deja ver a todos los demás». Y es verdad, a veces parece que en Colombia solo existe (existía) García Márquez y eso que, a diferencia de ti, a mi me parece uno de los mejores escritores en español que ha habido.
    Este librero me recomendó varios escritores y pude leer a alguno de ellos. No recuerdo ahora mismo nombres ni títulos (era el año 1999) pero sí tengo el recuerdo de haber disfrutado con su lectura.
    En mi opinión, Colombia es uno de los países hispano-hablantes más cultos y, desde luego, en donde se habla mejor español. Es normal que tenga buenos escritores.

    Saludos,

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